1957 - De las “ciudades”, se
nombran monumentos, edificios, fuentes, jardines, o sus espacios exteriores, donde hemos paseado,
quedado, o tal vez, sólo mirando quién pasa.
Curioso sería pasear por uno de esos lugares, que bien pudiera ser de
esquina a esquina, recordando sus comercios, sus gentes, o sólo a sus
paseantes. Y por qué no, desde Barcas a Correos, lugar céntrico, de paso y
quedadas.
En la misma esquina con Barcas,
la ferretería de Ernesto Ferrer; ubicó Valencia dos en su misma
plaza, ésta y la de Blasco, la
de Los Sótanos; gozada era caminar aquella por su interior, todos los artículos
propios de su sector y también juguetería y bicicletas, que incrementaban sus
ofertas con la llegada de las Navidades y Reyes, un verdadero festín visual para
los visitantes y clientes. En una vivienda de un piso superior, estaba la
clínica de D. Eduardo Wieden, oftalmólogo de familiar prestigio,
que se anunciaba como “clínica operatoria”, ya instalado allí desde 1915, (por
cierto ese año se inauguraba el Teatro Olympia).
Retomando nuestro paseo y en
dirección a la otra nuestra esquina de Correos, pensamos que alguien alguna vez
nos dijo, si no encuentras un libro, mira en Maraguat, y con sus escaparates
nos topamos, Librería Maraguat, libros de todas las especialidades, sobre todo
los variados libros de texto. Las Guerra de las Galias, recuerdo, uno de los de mayor salida en su época, porque, quién era capaz de
traducir del latín el contenido de ese libro,
sino comprarlo ya traducido al español y hacer un copia y pega, para
nuestros estudios en esa lengua.
Sigamos la andadura, bajo unos
árboles que algo nos protegen del sol. Entramos en el Estanco o Expendeduría número 28 de Tabacalera S.A., y que por el céntrico lugar donde se encontraba,
era una de las que más vendían en Valencia, sobre todo sus variados puros, las
tardes que había corrida de toros.
Avanzo unos pasos, hay cambio de
finca y de negocios, estoy frente al edificio Noguera construido en 1909 por el
arquitecto Francisco Mora, y fue allí, donde puso su residencia precisamente el
insigne arquitecto; el del mercado de Colón y otros conocidos edificios; allí
vivía también su hijo Carlos Mora el aparejador, quienes un frío día de Enero de 1961, tuvieron un desgraciado
accidente de coche en la carretera de Barcelona, falleciendo ambos.
La andadura sigamos y estamos
frente al edificio Suay de 1910, ¡vaya!, también de Francisco Mora éste bello
edificio. Y a ras de acera vemos Casa Bello, el lotero, y como él se anunciaba,
“representante de loterías, papelería y artículos para fumador”. Local siempre
con gente tentando a la suerte en eso de las loterías. Cobrar premios, comprar décimos para el próximo sorteo del Niño, aunque esos compradores, aún tendrían que esperar dos años, hasta 1959, para que el gordo saliera en Valencia.
Y
colindante a casa Bello, y conformando la redondeada esquina del
edificio, Calzados La Imperial S.A.,
ofreciendo siempre calzados de última moda.
Ha sido un paseo de cortos
metros, por un sitio emblemático de la Ciudad de Valencia, que aún tenemos la
oportunidad de hacerlo y recordar.
Y como lugar de encuentro como al principio de nuestro paseo digo, Julio y yo mismo y todos los colaboradores de este blog, y dando un salto de casi 60 años en el tiempo, FELICITAMOS a todos los seguidores de éste blog de VALENCIA EN BLANCO Y NEGRO en éstas Fiestas de Navidad y Año Nuevo.
Texto de Germán Gómez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario