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lunes, 31 de octubre de 2016

EL CONVENTO DE LA TRINIDAD


1965 Ca. - En un principio era conocido como el “puente dels catalans” pero sería en la segunda parte del siglo XV cuando tomó el nombre de la Trinidad por propia decisión del pueblo valenciano. En la construcción del Real Monasterio de la Trinidad situado enfrente y a la otra parte del río, residía el motivo.

Efectivamente el 9 de Junio de 1445 fue cuando se colocó su primera piedra en terrenos del antiguo convento y hospital de San Guillem, que había sido atendido por los religiosos trinitarios quienes practicaban una conducta escandalosa, nada acorde a su Orden, lo que motivó su expulsión en el año anterior.

Sustituyeron a los frailes las monjas clarisas del convento de Gandía por deseo de la Reina doña María, albergándose en un principio en el viejo convento a la espera de la construcción del nuevo edificio.


Ya desde su inicio fue todo un referente cultural por la ejecutoria de su abadesa Isabel de Villena, cuya obra literaria es una clásico de la Lengua Valenciana. La reina María, esposa del rey Alfonso el Magnánimo fue enterrada en su interior, donde en la actualidad permanece.

sábado, 29 de octubre de 2016

LAS TORRES DE QUART, CAMINO A SU NOMBRE

Archivo Municipal


Ya en el siglo XV en plena de gestión de nuevas obras que la ciudad necesitaba por la importancia comercial que iba adquiriendo,  los Jurados decidieron que debía existir otra semejante en su monumentalidad, orientada al cercano caserío de Quart de Poblet, del que tomaría su nombre. 

Y en el mismo lugar donde existía una sencilla puerta conocida como de “la Cals”, en 1441, se iniciaron las obras para su construcción que en un principio encomendaron al arquitecto Tomás Oller.

Su ejecución y por diversas circunstancias no fue tan rápida como la llevado a cabo en las Torres de Serranos,  pues hicieron falta el paso de 19 años para su inauguración, debido a frecuentes interrupciones.

Puerta que se concluyó en 1460 aunque continuaron las obras y que estuvo a cargo de otros “mestres en el noble art de la pedra”, como lo fueron además del citado para su inicio,  Francesc Valdomar, Jaume Pérez,  Pere Compte y Pere Bonfill.

Archivo Municipal

Inaugurada la obra causó admiración por su pronunciado resalte en talud que hace las funciones de pedestal y los matacanes que rematan las torres almenadas.

Los Jurados ya tenían sus deseadas en grandeza Torres de Quart.

jueves, 27 de octubre de 2016

JOSÉ RODRIGO BOTET

Archivo Municipal

1950 Ca - Los restos de una figura ilustre e hijo de Manises yacen en un sencillo panteón del cementerio de Valencia: D. José Rodrigo Botet.

Hombre importante porque su legado situado durante noventa años en el Almudín ha fascinado a muchas generaciones de valencianos, fundamentalmente en sus años de infancia.

¿Quién no se recuerda admirando al famoso megaterio que alzado dirigía su colosal cuerpo hacia el techo del que fuera almacén de trigo medieval lleno de grafías de su identidad?

Fallecido en Madrid en 1915, en la más ingente pobreza, sus restos fueron trasladados a Valencia el 14 de Julio de 1920 siendo recibidos con gran agasajo en la Estación del Norte donde se había instalado una capilla en una de sus salas, siendo muy visitado por los valencianos. La hermana y otros familiares depositaron una corona de flores sobre el féretro.

Por la tarde se congregaron las autoridades e invitados al entierro en representación de la Audiencia, del Ejército,  de la Universidad, de la Academia de San  Carlos, de la Cámara de Comercio, de la Liga Católica, de la Unión Valencianista, sindicatos católicos, Escuela de Artesanos, de Lo Rat Penat, de la Unión Gremial, del Ateneo Científico y otros muchos, entre quienes se encontraban el pintor Benlliure, el doctor Gómez Ferrer y el cronista de la ciudad Sr. Cebrián.

La presidencia, delegada por el Gobernador, estaba formada por el Alcalde, un representante real, un sobrino del finado y un mandatario del Capitán General. Organizada la comitiva, salió de la Estación y por las calles Játiva, Ruzafa, Sangre y San Vicente se alcanzó la plaza de San Agustín para despedir el duelo. La Banda Municipal cerraba el cortejo.

Y desde aquel día, los restos de don José Rodrigo Botet descansan en el Cementerio General de Valencia tras una azarosa vida llena de avatares, de enriquecimientos y de pobreza final.

martes, 25 de octubre de 2016

LA CRUZ DEL CAMINO DE ARAGÓN

Archivo Municipal


"LA CREU DEL CAMI FONDO DE BENICALAP"
                
Años 30 - Actualmente en la Avenida  de Nicasio Benlloch a la altura del barrio del Canyaret y el Palacio de Congresos, hay una cruz de las llamadas terminales que es la última que se construyó por el Ayuntamiento de Valencia, alrededor de 1940. Estaba ubicada, antes de realizar la pista de Ademuz, en un punto que era bifurcación de dos caminos. Los dos conducían al mismo sitio, al  "Camino de Aragón". El camino por la derecha arrancaba en Valencia, pasaba por Marchalenes, Benimamet y Paterna hasta llegar a Liria, y de allí a Segorbe, enlazando con el Camino de Aragón. 

Era conocida como la Cruz del Camino de Aragón. Posteriormente se nombró como Cruz del Sisado, por la partida donde estaba ubicada. En la parte izquierda, el camino se bifurcaba hacia Beniferri, Paterna y Liria, donde enlazaba de nuevo en dirección a Segorbe y el Camino de Aragón. 

Cabe hacer una pequeña introducción para aclarar que no eran cruces que señalaban el termino entre pueblos, sino más bien significaban algún hecho importante que había ocurrido, sea político, milagroso o tan solo para recordar a los creyentes la realización de invocaciones piadosas. De todas las Cruces erigidas ésta era una de la mas sencillas. 

Su origen arranca  el 24 de marzo de 1459, en principio por ser el único camino principal en aquella  época en la que no había ninguna. La primera se construyó con piedra traída de Benidorm, y consta que en 1535 solo quedaba en pie la espiga. Se volvió a rehacer, esta vez de la cantera de Barcheta. Se cita en la "JUNTA DE MURS e VALLS" que “por ser este camino muy frecuentado por moriscos en camino a ARAGÓN,  la senyal de la creu está molt be en dit cami “. 

De ésta sólo se conservaba el capitel con cuatro escudos de Valencia, la espiga y la basa, descansando sobre tres gradas octogonales. Se realizó a iniciativa de la Comisión Municipal de Monumentos alrededor de 1928. Cabe pensar que se destrozó y desapareció en la contienda civil. La actual cruz, perfectamente conservada, se alza sobre una base octogonal en cuyas caras, de forma alternada, se encuentra el escudo de la ciudad de Valencia. Sobre esta base se apoya la columna octogonal que termina en un capitel en el que hay columnitas y en unas bóvedas se encuentran talladas imágenes de santos. 

Terminando en una cruz ornamental  de estilo barroco. La Cruz con el Cristo Crucificado tiene en los extremos de los palos del madero los símbolos de los evangelistas.

Texto de Eduardo Donderis Folgado 

domingo, 23 de octubre de 2016

GRUPO LUIS VIVES, PARA NIÑOS, NIÑAS Y PÁRVULOS

Archivo Municipal

A finales del año 1911 fue cuando se anunció el proyecto para la construcción del Grupo Escolar Luis Vives en la calle Cuenca bajo el paraguas de las Escuelas Nacionales Graduadas,  proyecto que iba firmado por el arquitecto municipal Eugenio López.

El plazo de ejecución de las obras se estimaba en seis meses una vez adjudicadas al contratista. Su destino era la enseñanza para niños, niñas y párvulos en una zona adscrita al distrito del Hospital, barrio populoso y escaso en centros docentes. Grupo escolar que iba a ser dotado para satisfacer las exigencias modernas de la Pedagogía. 

A su término, sería entregado a la Corporación Municipal para su puesta en marcha, aunque tuvieron que pasar unos años, pues no sería hasta el 22 de diciembre de 1915, por la tarde, cuando se procedió al acto de su inauguración, al que asistieron diversas personalidades. Allí se encontraban el ex alcalde don José Ferraz, el delegado regio señor Jorro, el contratista de las obras señor Albors y el arquitecto Eugenio López, quienes recibieron muchas felicitaciones. Bendijo el centro escolar el cura párroco del Pilar señor Piñana. 

Como curiosidad, habría que esperar hasta el mes de abril de 1916 para que el Ayuntamiento acordará la recepción provisional del Grupo Escolar y al mismo tiempo solicitar la suscripción al “Boletín Oficial del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes". La recepción definitiva de las obras tendría que esperar aún hasta marzo de 1917.

Centro docente que en la actualidad ejerce su función como Colegio Público de Educación Infantil y Primaria. 

Cien años después realiza el mismo fin para el que fue creado.

viernes, 21 de octubre de 2016

LA CRIPTA DE LAS ESCUELAS PIAS


2010 - Ésta desconocida cripta, descubierta hace años atrás,  lo fue a raíz  de la restauración que se llevó a efecto en el edificio. Se había observado que en determinado lugar del suelo de la Iglesia, había una zona del pavimento algo mas hundida que en el resto del mismo.

Se levantaron varias baldosas de mármol para colocarlas correctamente,  y se vio que había un hueco debajo de las mismas. Ampliando dicho hueco apareció la cripta.


En ésta cripta fueron enterrados personas que pertenecieron a la orden escolapia,  desde 1737, hasta que se inauguró el cementerio General de Valencia, el  7 de junio de 1807, en la que a partir de entonces ya fueron prohibidos los enterramientos  fuera del mismo.


Aproximadamente fueron de 30 a 35 las personas enterradas. Existe un pozo a modo de osario, donde se echaban los restos óseos. Aparecieron ladrillos de terracota, con inscripción de fallecidos. 

Parece ser, que a partir de la inauguración del Cementerio General de Valencia, y vaciada la cripta, ésta se enlosó, y cayó en el olvidó de que en ese lugar existió la misma.

Texto y fotos Germán Gómez.

miércoles, 19 de octubre de 2016

EL PUENTE DE SERRANOS

Archivo Municipal

1935 Ca. - Desde la riada de 1321 y otras después, según las crónicas, se citan las repetidas veces que los "viejos puentes" que entonces se denominaban "palancas" (puente estrecho hecho de tablas) tuvieron que ser remplazados con la utilización de mampostería, reforzándose el que nos ocupa y ya en piedra por decisión de los Jurados en 1349, al igual que se hizo en sucesivas riadas, hasta llegar a la de 1517 que lo hizo desaparecer por completo.   

El nuevo puente de Serranos  inició su construcción en 1518 inmerso en la polémica.  El año anterior una fuerte avenida del río Turia, la más grave que había sufrido la  ciudad hasta entonces,  destrozó el puente de piedra existente. La Junta de Murs i Valls puso manos a la obra y decidió que se construyera otro para cuyo cimentación fueron utilizadas piedras talladas de origen romano recogidas del centro de la ciudad, cuando la construcción del Micalet, del Palau de la Generalitat y de excavaciones en otras casas. Esto provocó rifirrafes entre la intelectualidad de la época que veían en las inscripciones de aquellas piedras motivo para su estudio, mientras quienes las  consideraban como paganas, optaban por su desaparición. 

Y en medio de las discrepancias, los responsables de su ejecución aseguraban que ninguna piedra de valor estimable había sido utilizada, sólo escombros sin interés alguno, era lo que decían. Corrió la voz que Juan de Celaya, rector de la Universidad, recomendó desprenderse de las viejas piedras para que los curiosos no se “embobasen” perdiendo su tiempo.

Sea como fuere se labró una lápida en el puente con los nombres de la personas a cuyo cargo se había iniciado la fábrica, con alusión a la causa que obligó su ejecución: 

"Habiendo destruido una grande y casi increíble inundación del Turia el antiguo puente, cuidaron de levantar este desde sus cimientos Olfo de Proxida, Vocal eclesiástico, Galcerán Carroz y Pardo, Vocal militar y Miguel Ros, vocal de los ciudadanos procuradores de la obra de los Muros, aprobándolo Gaspar Felipe Cruilles, Francisco Gil, Miguel Angel Bou, Guillermo March, Bartolomé Bernegal y Miguel Berenguer. Jurados de la Ciudad, año de la Salvación de los hombres 1518".

El director de la obra fue el mestre pedrapiquer Juan Bautista Corbera. A su paso, el puente dispuso de casilicios al cobijo de estatuas, con la instalación del llamado "Casilicio de la Cruz Patriarcal", el primero sobre los viejos puentes del cauce, acordado por los Jurados e inaugurado en 1539. Frente a éste, el 13 de octubre de 1670 se instaló otro dedicado a San Pedro Nolasco, financiado por la Orden de la Merced como fundador de la misma, disponiendo sobre su cubierta imágenes de San Pedro Pascual y Fray Gilabert Jofré, frailes mercedarios, y Doña Teresa Gil de Vidaure, obra del cantero Pere Leonart Esteve. 

Ambos casilicios fueron derruidos en 1809 por los mismos valencianos ante el segundo asedio francés, para que no fuesen utilizados como lugar propicio a piezas de artillería, siendo en la actualidad el único de los cincos puentes antiguos que carece de estatuas. 

Su nombre lo tomó por la procedencia de las gentes que llegaban a la ciudad de la serranía y para su finalización tuvieron que pasar más de treinta años. 

lunes, 17 de octubre de 2016

DUENDES EN LA PLAZA DEL ESPARTO


Foto cedida por Mado Martínez de Año Cero

1915 - El almanaque estaba fijado en la primera semana del mes de julio. El cinematógrafo ya había iniciado su andadura con una amplia cartelera en la prensa que ofrecía distracción. Hacía calor y los cines de verano aún no existían. La Feria de Julio casi estaba dispuesta y los valencianos gozaban el frescor de la noche.

De repente y como la pólvora, surgió la noticia de que en la plaza del Esparto, entre otras espeluznantes alarmas, se oían repetidos golpes que se atribuían estar producidos por una mujer que estaba secuestrada en el interior de la casa con el número 7, pidiendo algo así como socorro. El foco de atención estaba creado y ante la casa de los duendes se concentró el gentío.  Cada una de las personas en su fascinada imaginación exclamaba causas dispares.

La prensa local se hizo “eco” de la noticia y en su diaria columna su titular llamaba la atención con diferente tono: la “Casa de Tócame Roque” aludía el diario El Pueblo, mientras que la Correspondencia envolvía el edificio como “La casa misteriosa”. Más concreto era Las Provincias con su crónica anunciado “la casa de los ruidos” de los que también informaba el Diario de Valencia. Pero todos coincidían en que había que poner fin a tanta superchería, descubriendo al osado bromista que producía expectación.

Los ruidos, golpes, gritos o lo que fuere, iban adquiriendo verosimilitud merced al gentío que se concentraba en la plaza con una variada versión de lo acontecido en el interior de aquel entresuelo en el que vivía un guardia civil retirado. Tenía contigua una casa deshabitada donde por orden del Gobernador se iniciaron las pesquisas necesarias en busca de quién producía tanto jolgorio. Tabiques vecinos, tejados y alcantarillas fueron investigados, con la utilización de hambrientos micrófonos de noticias que tan solo supieron del ayuno. Intervinieron el Juzgado y el Ayuntamiento, también la Guardia Civil con cargas para despejar la zona en la que se habían lanzado petardos por quienes querían amenizar la fiesta que se transformó en causa de desorden público con algunos heridos.

Los ruidos cesaron pasados unos pocos días y nunca se supo de su autor.

Pasado un siglo, un halo de misterio envuelve aún la plaza del Esparto. En ello estriba su verdadero encanto.

¿Hubieron o no ruidos? ¿Hablaron los espíritus?

Queda tan solo el eco de la noticia. 

sábado, 15 de octubre de 2016

LA SOLUCIÓN SUR

Archivo Municipal

La riada de 1957 que inundó la ciudad indicando el nivel de sus aguas la ruta primigenia del brazo del río de la época romana que la abrazaba, supuso un antes y un después en la historia evolutiva de la ciudad, como lo había sido un siglo antes el derribo de la muralla cristiana, modificando en ambos casos, su aspecto urbano.

En esta ocasión lo que había que erradicar se corresponde con el paso de las aguas bajo los puentes, cinco de ellos muy viejos, desviándose por un nuevo cauce en un proyecto conocido como el “plan sur que vio su inicio en los años sesenta con obras hidráulicas que se iban a complementar con nuevas ejecuciones en carreteras, ferrocarriles y urbanismo. 

Pero ¿qué destino esperaba el antiguo? Lo vemos en la maqueta que refleja en sí mismo el Decreto Ley de diciembre de 1961, básicamente sustentando en unir de forma directa la entrada oeste de la ciudad con el puerto a través de una autopista, al tiempo que los terrenos anexos iban a quedar a disposición del Ministerio de la Vivienda. Su desvío se presentaba como una solución ante los problemas que nuevas riadas pudieran ocasionar, poniendo en marcha el acuerdo del Consejo de Ministros de julio de 1958.

En cuanto al coste de la inmensa obra que iba a modificar el aspecto de la ciudad, el mismo decreto contempla una serie de impuestos que gravan determinados usos comerciales, industriales y de servicios. El más conocido por su popularidad, fue la emisión de sellos de correos a cuyo franqueo se obligaba la correspondencia que salía de la ciudad.

Afortunadamente aquel proyecto se ahogó en sí mismo, para convertir el cauce del río en el parque Jardín del Turia inaugurado en los años ochenta.

jueves, 13 de octubre de 2016

AL PALMAR EN AUTOMOVIL

1920 - Colección Germán Gómez

En el año 1920 la posibilidad de visitar la Albufera desde Valencia y en coche era una oferta sugerente. La idea nació de la Comunidad de Pescadores del Palmar que constituyeron la sociedad anónima “La Palmarista”. En un principio disponían de tres automóviles y su objetivo era aumentar su número y poner al alcance de los interesados la belleza del lago, la Dehesa y la isla del Palmar: un conjunto paisajista desconocido para la mayoría de los valencianos, que de forma cómoda iban a poder visitar en un solo día.

El inicio del viaje se anunciaba por dos veces al día, a las 6.30 de la mañana y a las 16.30, siendo el lugar de partida la calle Pi y Margall en su esquina a la de Colón, en su camino hacia la Dehesa a través de Monte Olivete, la Punta, Pinedo, el Pont de Peransa y el Saler. Con la llegada del automóvil a la Mata del Fanch, ya en plena Albufera, se disponía de un servicio de barcas que en 45 minutos, según el viento, el viajero llegaba al Palmar.


El servicio fue inaugurado el 19 de julio de aquel año y el proyecto era muy ambicioso. Por lo que "La Palmarista" invitó a la Corporación Municipal en el día inaugural para que tomaran conciencia de la importancia que significaba para los habitantes del Palmar, necesitados de una mayor atención en el camino hacia el Pont de Peransa, mejorar también las comunicaciones y la conveniencia de construir un cementerio en la isla, evitando así el traslado en una barca del féretro hacia el Cementerio General, que imposibilita además, la visita frecuente al familiar fallecido.

El alcalde accidental don Vicente Coscollá acudió al Palmar donde se reunió con la autoridad municipal pedánea y los componentes de la nueva sociedad, quienes fueron presentados al Sr. Coscollá por los concejales del distrito de Ruzafa que aprovecharon la ocasion para alabar el proyecto de "La Palmarista", haciendo  hincapié en la necesidad de atender sus peticiones.

De inmediato pasaron a celebrar una comida en el local de la Comunidad de Pescadores, a la que también asistieron los excursionistas de aquel día, a base de paella, “all i pebre de anguiles”, “llisa torrá”, entremeses y fiambres, dulces, licores y “melones insuperables”. 

Hasta puros habanos tuvieron.

martes, 11 de octubre de 2016

RARA SIMBIOSIS

Foto de Esteban Gonzalo

2000 - En su rápido crecimiento en la plaza interior de un pasaje, ubicado entre el nº 25 de la avenida Giorgeta y los números 26 y 28 de la calle Maestro Sosa, un Ailanthus Altissima (ailanto, árbol de los dioses, árbol del cielo o falso zumaque) se fusionó con una verja que habían dejado contra un muro. Cuando en los años noventa del siglo pasado derribaron el muro para utilizar parte del patio y los bajos de los bloques de viviendas vieron que el árbol se había enroscado a la verja, deformándola de tal manera que componían una rara escultura. En el 2008 hicieron obras para una guardería y pensaron dejar la rara simbiosis, pero un año después quitaron el árbol-reja, ya que lo consideraron peligroso al no poder suprimir las partes metálicas.

Según el diccionario Larrouse los ailanthus pueden crecer hasta 30 metros de altura, pertenecen a la familia de las simarubáceas y sus 12 especies proceden de Asia Oriental. Crece como mala hierba, muy rápidamente en el clima valenciano, y según la guía de plantas medicinales la cultivan para fijar los terraplenes. Es de hoja caduca, su resina es tóxica y coloniza con rapidez los solares y descampados.

Según Wikipedia resiste la contaminación, la mayor parte de las inclemencias ambientales, produce enorme cantidad de frutos que el aire se encarga de expandir, tiene gran capacidad de rebrote, suele utilizarse para conservar suelos y libera alelopáticas a través de sus raíces.

Por ser especie exótica invasora, según el Real Decreto 630 del 2 de agosto de 2013 en España está prohibida su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.

Contrasta esa prohibición cuando persiste la colonización con invasores eucaliptus en área forestales de la España húmeda y en la seca, básicamente las repoblaciones con pinos-caña, fácilmente convertibles en teas, sin prestarle atención generalizada a otras especies autóctonas más resistentes a los incendios.   


Texto de Esteban Gonzalo Rogel.

domingo, 9 de octubre de 2016

EL ESCUDO DE LA CIUDAD


Archivo Municipal

Como lo es por su naturaleza, en el escudo de una ciudad se representa parte de su historia.

Valencia ya lo había tenido con figuraciones alusivas al Turia y a su abundancia de época romana, y otro posterior en una representación de la ciudad sobre las aguas, reproducido en la Catedral.

Pero sería en el reinado de Pedro II el Ceremonioso (1336-1387) cuando por decisión de los Jurados se oficializó un escudo que en lo fundamental llega hasta nuestros días.

En el escudo que nos ilustra la foto vemos el recuerdo al Conquistador que aparece con la figuración del “rat penat” en lo alto, tan ligada al rey Jaume I, sobre una corona otorgada por privilegio del rey Pedro. Como base, cuatro palos de gules sobre campo de oro que forman un cuadrado que se sostiene en uno de sus vértices.

Las dos eles a los flancos vienen de la “guerra de los dos pedros” (1356-1365) cuando por dos veces la ciudad manifestó su lealtad al Ceremonioso en su defensa a la invasión que se vio sometida por el rey Pedro de Castilla, por dos veces. Y en su agradecimiento Pedro II, rey de Valencia, también conocido como el “del puñalet” tras la guerra de "la Unión", reconoció a la ciudad como por dos veces leal, aunque su simbología no apareció en el escudo hasta avanzado el siglo XVII.

Descansa todo el conjunto sobre unas ramas de laurel que nos traen el recuerdo de la defensa de la ciudad tras la invasión francesa por las tropas napoleónicas.

viernes, 7 de octubre de 2016

EL ATENEO MERCANTIL EN SUS PRIMEROS AÑOS

En Valencia cuando corrían los días de 1879 cinco entidades ejercían su actividad encaminando sus frutos en beneficio de la vida social, cultural y mercantil de la ciudad. Extendían sus objetivos más allá del “cap i casal”: la Real Sociedad Económica de Amigos del País, el Ateneo Científico, Literario y Artístico, el Ateneo Casino-Obrero, la Sociedad Valenciana de Agricultura, y Lo Rat Penat, que iniciaba aquel año los Juegos Florales.

Es en este año cuando "los dependientes de comercio", que desde 1871 se mostraban inquietos por una mejor cualificación, tras las necesarias deliberaciones, el 29 de marzo fundan el Ateneo Mercantil, aprobando sus estatutos y reglamento en Junta celebrada en el Colegio de San Pablo, tendente en su objetivo a dignificar su profesión en todos los campos, en especial en los del aprendizaje y en la práctica de las buenas costumbres, creando cátedras al efecto.

Como primera sede se optó por la calle Ruzafa 7, en un local del Marqués de Dos Aguas. De forma temporal se ubicaron en la plaza de Correos, para pasar a la calle Libreros 2 en 1883, que también era propiedad del citado noble, hasta cuatro años después cuando se establecieron "los dependientes de comercio" en la cercana plaza Villarrasa número 1, que fue posible gracias a la ayuda del Marqués de Campo. La nueva sede fue inaugurada el 10 de marzo de 1888 con la presencia de D. Emilio Castelar.

En este lugar permanecieron durante 18 años.  Una vez pasado el año 1890, el Ateneo Mercantil entró en un periodo de dificultades económicas que se vieron agravadas por el estado ruinoso del edificio. Años de incertidumbre que llevaron al Ateneo, tras numerosas gestiones infructuosas por la búsqueda de la necesaria sede, a su anuncio de clausura al inicio de 1901, debido al inminente derribo, pese al incremento de sus socios.

Se hicieron gestiones en diversos locales, dirigiendo los pasos en un principio hacia la Bajada de San Francisco, la calle la Paz, la Linterna, Pelota, Ribalta, Barcas, Rey Don Pedro, Lope de Vega, con el mismo Palacio de Jura Real, otra vez en la calle la Paz esquina Comedias, Transits, todas ellas negativas. Por fin lograron su nueva sede en 1905 en la calle de la Paz letra S, en una casa de la Viuda de Moroder, donde estuvieron hasta el siguiente año, cuando se establece la entidad en la plaza de la Pelota 8 en un inmueble del Sr. Pampló, con balcones a la calle San Vicente. 


Vemos en el plano el lugar que ocupaba a finales del  XIX en su tránsito al nuevo siglo, en un periodo que se caracterizó por las enormes dificultades a las que se enfrentaron. Momentos críticos que superaron con gran éxito, tal como se demostró tras la Exposición Regional de 1909. 

Bibliografía: "Crónica del Ateneo Mercantil" de José Martí Soro

miércoles, 5 de octubre de 2016

SOBRE LA EDUCACIÓN ESCOLAR EN EL BARRIO DE BENICALAP - II

Colección Almenar Blayet

ESCUELAS DEL CARMEN

1943 - En su primera época fue casa de reposo de las hermanas de la Caridad. Hay una interrelación con la parroquia de S. Roque de manera que fueron las primeras escuelas religiosas del barrio. Las  clases eran impartidas por las hermanas. Había una separación entre niños y niñas. La docencia comenzaba con la infancia y hasta los cuatro años. Después se separaban por sexos de manera que los niños llegada la edad, abandonaban el colegio. De esta primera etapa cabe recordar a Sor Josefa que impartía clases a los más pequeños, “els cagóns”, para después comenzar a saber las cuatro reglas.

En esta etapa cabe recordar a Sor María Anceta, Sor Piedad… La  Superiora que empezó la obra en esta época fue Sor Manuela que durante estos años la dinamizó y preparó lo que después sería el actual colegio de la Virgen del Carmen. No obstante, aún había religiosas en este lugar de reposo y que a veces contaban anécdotas de las misiones o lugares donde habían estado. Cabe recordar a Sor Victoria. Era curioso observar a la entrada al convento por la Avenida de Burjasot (las escuelas y el convento tenían la entrada por el Camino Viejo de Burjasot) un cobertizo con una tartana. En las conversaciones mantenidas me explican que las monjas se desplazaban en tartana, bien para trasladarse a otros conventos o al Puig de Sta. María, lugar que sustituyó  la casa de reposo de Benicalap.

La segunda época pertenece a la década de los años sesenta. El Viejo colegio-caserón  se sustituye por un colegio nuevo que seguirá aplicando la separación por sexos en una primera etapa, hasta la aplicación de la nueva normativa donde se imparte formación mixta con los alumnos. Se incorporan los nuevos planes de enseñanza desapareciendo la figura del alumno libre comenzando una época con profesorado especializado en las materias, y desapareciendo la figura del maestro multidisciplinar. Se cursarán los cursos de bachillerato y una vez terminados estos,  el PREU y el COU  (cursos para acceder a la Universidad) se llevan a cabo en Centros Oficiales. Cabe recordar que esta época fue la de la inmigración. Aparecen nuevos barrios que se repueblan con gente venida de otros lugares  que cubrirán en gran parte la oferta docente. 

Texto de Eduardo Donderis Folgado

lunes, 3 de octubre de 2016

MONUMENTO AL DR. MOLINER

Archivo Municipal

Años 30 - En 1919 José Capuz llevaba ya dos años trabajando en la que iba a ser su primera gran obra: el monumento de mármol al Dr. Moliner, a quien la medicina le llevó a la vida política decidido a que fuera el Estado quien  velara por la salud de los necesitados.

De su problemática nos informa la prensa en agosto de aquel año tanto en cuanto se había paralizado su ejecución por diferencias con los contratistas, lo que motivó al “Comité Ejecutivo del Monumento al Dr. Moliner” para aumentar la calidad del grupo escultórico optando por el mármol en todo el conjunto, anunciando al mismo tiempo su terminación a final en aquel año, para ser inaugurado durante las “fiestas del mes de mayo” de 1920. La fecha propuesta había sido la de dos años antes, con la instalación entonces de su pedestal cuando no se esperaba interrupción alguna.

No había sido así, y en el mes de septiembre el maestro Capuz anuncia el acabado de su obra, a la espera de la reproducción en mármol por la empresa contratada al efecto. Durante unos días el grupo estuvo expuesto en el establecimiento de mármoles de la calle Peris y Valero.

En febrero de 1920 José Capuz recibió el encargo de modelar el busto de Alfonso XIII, y se anunciaba al mismo tiempo que regresaría a Valencia para la prevista inauguración del monumento al Dr. Moliner en el mes de mayo.

Pasados unos meses, en el mes de agosto el Gobernador informó de que había sido visitado por el Sr.  Lasarte, presidente de la junta encargada del monumento,  rogando su intervención para la asistencia del monarca al acto inaugural, toda vez que se tenía noticias de su próxima visita, manifestando que no se tendría inconveniente en su aplazamiento hasta la fecha que D. Alfonso dispusiera.

A lo que contestó el Sr.  Sousa que la visita real era segura, “pero no creía fuese en lo que resta de año”. No obstante comunicaría al monarca los deseos de la Junta. Palabras que pasaron al olvido, pues el Dr. Moliner se quedó sentado esperando un acto inaugural que no se llevó a cabo.

En la foto se observa tras el monumento la casa neo árabe de Lucas García Cardona, construida en 1888.

sábado, 1 de octubre de 2016

LA DISEMINADA Y OLVIDADA VALENCIA MORUNA


Fotos Archivo Municipal

1955 Ca - A la entrada de la calle Visitación, y más concretamente en el Llano de la Zaidía, se encuentra desde la década de los años 60, el único vestigio histórico que perpetua en la ciudad de Valencia la existencia de un arco moruno; se trata del Arc, o Portalet, que originariamente se encontraba junto a la flamante torreta; tan histórica era ésta, que de ella tomaba su nombre un importante y cercano molino harinero.

El histórico Portalet está compuesto por tres centros, de más de cuatro metros de altura y poco más o menos igual de alto, de ladrillo rojo –cara vista-, cornisa formada por el canto de varias hileras de ladrillos con un bordón al centro de ella, y cuatro almenas de base y alzados rectangulares. A la izquierda un “socarrat”, azul sobre blanco, de J. de Scals, que dice: “Soc l`arc del Molí de la Torreta: Tendetes” (Soy el arco del Molino de la Torreta: Tendetes).


Foto Archivo Municipal

El Portal de la Torreta uno de los pocos vestigios morunos conservados en Valencia.

El texto correcto que debería figurar, sería el siguiente: “Soc l`arc de la Torreta de Tendetes”. (Soy el arco de la Torreta de Tendetes).

A la derecha un fragmento desconchado de muralla, todo un recuerdo de la Valencia antañona. 

Es una verdadera lástima que el referido Portalet, "l `arc de la Torreta de Tendetes”. (Portal del arco de la Torreta de Tendetes) no se haya restituido a su primitivo y originario lugar para de esa manera perpetuar su origen y su historia, y no quedar olvidado, relegado y fuera de sitio como ahora se encuentra.

Texto: Juan B. Viñals Cebriá.