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jueves, 31 de marzo de 2016

LOS LEONES LLEGARÍAN MÁS TARDE

                
Archivo Municipal 

1925 - Como todas las tardes al anochecer, don Pablo, dueño de un pequeño almacén de paquetería, en la calle de La Linterna,  se dirigía con su hijo Pablito, a Correos, para depositar su diaria y escasa correspondencia en los buzones exteriores de la calle, del gran edificio del Palacio de Comunicaciones, llamado vulgarmente Edificio de Correos, inaugurado cinco años antes, en 1922, y situados en la anexa calle de Correos.

Siguiendo ya un ritual diario, Pablito su hijo, era el encargado de echar las cartas al interior de los buzones, suscitándose, entre padre e hijo, el cómo repartir las cartas entre los tres buzones existentes, PENINSULA-EXTRANJERO-IMPRESOS.

Las cartas que don Pablo enviaba a Canarias, Baleares o a las mismas Ceuta o Melilla, ¿donde se introducían?, puesto que no eran la Península ni el Extranjero ni eran Impresos; era un pequeño juego que padre e hijo, repetían todos los días, y que mira por donde, se convirtió en un pequeño repaso de Geografía.

Efectivamente se puede observar en la fotografía de cabecera, cómo los buzones, en su estado original, daban fe, de lo que en éste pequeño relato se menciona.


En años posteriores se instalaron los hermosos buzones de bronce que actualmente perduran, modificando su situación y altura, y colocando unos escalones a sus pies, para poder acceder a ellos; continuó éste error durante unos años, pero sólo con dos buzones, donde un buzón era para la PENÍNSULA y el otro era para el EXTRANJERO; hasta que fue subsanado, y ya figurando correctamente, como se puede comprobar en su actual foto.

Texto: Germán Gómez.

martes, 29 de marzo de 2016

LA NUEVA CASA BALANZÁ

Archivo Rafael Solaz

1931 - Don Julio Balanzá, en este año, no pudo cumplir con el deseo de inaugurar su elegante Bar-Café justo cincuenta años después de un 2 de febrero de 1881, cuando su padre, Antonio Balanzá, había fundado la casa. Establecimiento que con el tiempo iba a adquirir tal fama, que su nombre conseguiría traspasar no solo el ámbito de la ciudad, sino el de la región valenciana. Y ello, pese al modesto recinto que ocupaba haciendo esquina con la calle Ribera.

Tuvieron que pasar casi dos meses y el 29 de marzo, Casa Balanzá, ocupando el bajo de un nuevo edificio, abría su local de diez puertas cuya curvatura completa un bello chaflán, dando vida y bullicio al comienzo de las calles Ribera y Pi y Margall ante la plaza Castelar. Centro urbano que en aquel año estaba consiguiendo su mayor superficie y a la vez esplendor, merced a su innovador diseño y bella urbanización a base de nuevos edificios proyectados por los más prestigiosos arquitectos de la ciudad.

Y si en su exterior lucía “su gallarda marquesina, la de mayores proporciones que existen en Valencia” -manifestaba el cronista de Las Provincias- no le iba a la zaga su interior, donde destacaban dos bellísimos retratos de doña Dolores Pascual y de don Antonio Balanzá, como recuerdo a los fundadores. A su planta elíptica se adaptaba un céntrico mostrador dispuesto con una exuberante decoración, donde a base de mármoles, de cristales de Venecia y con la exquisitez de sus dorados y mosaicos, el nuevo café iba a satisfacer a su clientela con la misma profesionalidad que lo había hecho en un pequeño recinto de la calle Pi y Margall durante sus dos años de parada, ahora en un lujoso local pleno de luz solar y con lámparas de moderno diseño para las noches de glamour. 

Como anécdota curiosa del nuevo establecimiento regido por Julio Balanzá junto a sus hermanos, destaca que mantuvo su carta de precios, excepto el del café, que “servido en las mesas costará diez céntimos más que hasta ahora”, con la novedad de ofrecer “la exquisita Leche Wissin, a 45 grados de densidad, única en España”, cuya elaboración a cargo de don Enrique Larruy “no reconoce rival

domingo, 27 de marzo de 2016

VÍA LIBRE AL MERCADO CENTRAL

Colección Jorge Casals

 Ya en 1884 se promovió un concurso público para la construcción de un mercado, ganado en aquella ocasión por el arquitecto Adolfo Morales que muy pronto cayó en el olvido. Tuvieron que pasar más de 25 años para que en 1910 se retomara la iniciativa de forma definitiva y antes de que terminará el año y como necesaria medida para demostrar que la intentona iba en serio, tuvo lugar la inauguración de los derribos en la zona afectada. Nada mejor que aprovechar la visita de la Corona para su refrendo.

Efectivamente, el 23 de octubre llegaron SSMM a la Estación del Norte para una visita real que iba a tener en sus tres días de duración una agenda muy apretada con diversos actos inaugurales, así como lúdicos y culturales.

Colección Jorge Casals

El acto que nos ocupa se llevó a cabo en su segundo día de estancia. A las 15,35 el coche de Alfonso XIII y su esposa a los sones de la Marcha Real llegaba a la plaza del Mercado entre vítores y aplausos del público. El punto elegido para el acto fue la esquina de la calle Conejos donde se había instalado un estrado vestido con telas de los colores nacionales y alfombrado con moqueta verde y grana. El monarca simbolizó el acto al romper con una piqueta una tejuela con el número de policía que se correspondía con el número 24 de la plaza.

El arquitecto mayor entregó al alcalde una piqueta de acero bruñido encerrada en un estuche forrado en piel con el siguiente grabado “Con esta piqueta inauguró su Majestad el Rey Don Alfonso XIII los derribos para construir el Mercado Central de Valencia”.

Ya en manos del monarca procedió a la destrucción del azulejo cuyos fragmentos cayeron al suelo. El acto fue muy concurrido con la presencia de una gran muchedumbre que invadía la plaza y calles adyacentes cifrada en más de 20.000 personas según indicaba Las Provincias que durante aquellos días dedicó gran parte de sus páginas en muy pormenorizados reportajes.

Entre la autoridades se hallaba el presidente del Gobierno señor Canalejas quien unas horas antes había sufrido un pequeño esguince en su pie derecho al caerse por unas escaleras, lo que no le privó su asistencia. Tomó la palabra y tras ensalzar la construcción del nuevo mercado, en nombre de los soberanos, agradeció la invitación pero tan importante ocasión.

viernes, 25 de marzo de 2016

BLASCO IBÁÑEZ REGRESA A VALENCIA


Fuente Archivo Municipal

1933 - “Desde el amanecer, (de aquel 29 de Octubre) 4,30 horas de la madrugada y a pesar del frio que se dejaba sentir, ya se notaba gente por el puerto”, así comenzaba al día siguiente el cronista de La Correspondencia en una de sus columnas como parte de la extensa información que dedicaba a la llegada de los restos mortales de Vicente Blasco Ibáñez al puerto de Valencia. “Dirigían sus pasos con la aceleración propia del individuo que desea llegar pronto al punto de su destino, hacia los muelles del Cabañal y Caballero, así como hacia el Faro… En una hora quedó totalmente ocupada toda la parte de Levante”.

Como escoltas, sobre las 6.30 horas llegaron los buques de guerra Churruca y Alcalá Galiano, así como muy poco después el navío francés Cassard hacía su entrada en la dársena,  a la que también  acudieron las “barcas del bou” para asociarse a los actos. Don Vicente Boluda, de la Transmediterránea,  puso a disposición de la prensa su remolcador Paquita para facilitar su labor informativa.

Pasaban las 8.30 horas y el acorazado español "Jaime I" inició su maniobra para la entrada en el puerto. Toda la atracción se enfocó hacia la zona del Club Náutico, lugar  destinado para el atraque del buque. "La llegada, imposible de describir", decía el cronista. "Entusiasmo indescriptible, aplausos, vítores y después silencio de respeto".

A las nueve en punto, la maniobra era la de su atraque después de una magnífica entrada, luciendo una gran majestuosidad, brillantemente empavesado. La llegada de autoridades fue tal su número, que ocupó más de una hora, con la asistencia del Presidente de la República Niceto Alcalá Zamora, recibido en cariñosa ovación.

El momento más deseado fue a las 10,30 horas, instante en el que con sus restos mortales, Blasco Ibáñez, “volvió a la tierra española, a la patria valenciana”.Imposible pintar aquellos minutos con toda su grandeza. La grúa evolucionó matemáticamente, depositando sobre el muelle la caja riquísima de madera y metales, con los títulos de las obras del gran novelista”, abundaba el redactor.

Timbales y clarines dieron al viento las notas señoriales de la Marcha de la Ciudad.

El genio de la Literatura había regresado a su Mare Nostrum.

miércoles, 23 de marzo de 2016

FOTÓGRAFOS DE VALENCIA - JOSÉ LÁZARO BAYARRI (1893-1979)


Fotógrafo total, abarcó todos los campos de la imagen: prensa, estudio y ceremonias. Escritor, periodista, crítico taurino, cameraman de cine (CIFESA), realizador de cine…

Fue uno de los primeros en conseguir, en el año 1927, fotos aéreas de Valencia. Según nos cuenta Francisco Pérez Puche, el fotógrafo —por encargo de Las Provincias—, se fue al aeródromo de la Malvarrosa y se subió en el avión del piloto Alfonso Alarcón, quien ofrecía una vuelta en su aeroplano por 25 pesetas. Y así, un intrépido Bayarri obtuvo sus primeras imágenes, magníficas, de Valencia desde el cielo.

Poco después, consiguió la licencia de piloto y durante años estuvo pilotando y sacando fotografías aéreas de nuestra ciudad, de una forma sencilla y arriesgada: dejaba los mandos del avión, sacaba el cuerpo del fuselaje, enfocaba y disparaba su cámara. Esas fotos las vendía como postales en la librería Casa Bello, a 1’25 pesetas.



Abrió su estudio en la Plaza de la Comunión de San Esteban, en el número 4, compitiendo con las grandes firmas de la época (Antonio García, Sanchis,…). Colaboró con los periódicos y revistas con mayor prestigio como Las Provincias, El Mercantil Valenciano, Semana Gráfica, Blanco y Negro


Un hombre entrañable y muy querido por todos sus compañeros, que nos ha dejado un importante archivo gráfico para poder reconstruir la historia de nuestra ciudad.

Fuente: José Lázaro Bayarri. Reportero de la ciudad, de Francisco Pérez Puche. Pentagraf Editores, Valencia, 2007.

Texto de Mauro Guillén
Fotos de Bayarri

lunes, 21 de marzo de 2016

BOMBAS GENS, "FUNDICIÓN DE ARTE"

Autoría: Carlos Gens Minguet
Archivo Fundación Per Amor a l'Art

La continuidad de Bombas Gens está garantizada. Tras un cuarto de siglo fuera de servicio, la construcción del centro fabril que significó al inicio de los años treinta del pasado siglo la entrada del Art Déco en la ciudad de Valencia de la mano del arquitecto Cayetano Borso di Carminati, sus instalaciones van a seguir ligadas al arte, pero en esta ocasión gracias a la “Fundación per Amor a L’Art” destinando sus naves a un fin que nada tiene que ver con el iniciado por Baltasar Gens en 1835, quien en la calle Sagunto puso en marcha una actividad que le llevó a obtener por el Ministerio de Fomento un Diploma de Honor como el “primer fundidor de Valencia”, cuyo prestigio se vio refrendado en la Exposición Regional de 1883 y en la Internacional de Barcelona de 1888 por su actividad en la fabricación de bujes para carros de esmeradísimo acabado.

El apellido Gens tuvo su espacio en la Exposición Regional de 1909. Dos décadas después, en la Avenida de Burjasot y de la mano de Carlos Gens Minguet, nieto del iniciador de la saga, en esta ocasión en el campo de la maquinaria agrícola, toma un nuevo rumbo dando vida al nombre comercial de Bomba Gens, contribuyendo notablemente a dar una pincelada industrial a la barriada de Marchalenes. 

La foto del interior de Bombas Gens nos da una idea del perfecto orden que mantenía en su actividad industrial. 

De sus inicios a caballo de la revolución industrial, el apellido Gens está llamado a convertirse en la actualidad en un nuevo referente que no será otro que el de Bombas Gens Centre d’Art, en cuyas instalaciones tendrán cabida diversas iniciativas dirigidas para atender el bienestar entre los más necesitados, especialmente los niños. El impulso a la investigación en la enfermedad de Wilson va ser una de sus determinaciones. Así como la creación de un Centro de día “Fundació Per Amor a l’Art” como una más de sus prioridades, con espacios dedicados a exposiciones temporales con la cultura como seña permanente de identidad.


Archivo Fundación Per Amor a l'Art

Tras largos años de abandono, de incertidumbre y de temores, en definitiva, vuelve la vieja fábrica de Bombas Gens en esta ocasión como “Fundición de Arte”.

Un antes y un después en la entrañable barriada de Marchalenes.

sábado, 19 de marzo de 2016

UN ARTISTA EN LA GLORIA, REGINO MÁS


Foto de Esteban Gonzalo Rogel

1999 - “Com un humild homenage/i en memoria del seu pas/nostra Falla fa homenage/a un geni, a Regino Más”, fue la explicación de la escena de la falla plantada en 1999 en la sección 1ª A por la Comisión de la Plaza del Mercado Central de Valencia para homenajear a Regino Más, el artista fallero con el que consiguieron ocho primeros premios de la sección especial entre los años 1943 y 1950, aunque ex aequo el primer año con dos fallas, y los ninots indultats de los años 1944 y 1947.

Mercado Central junto con las comisiones Barcas-Pascual y Genís y Reina-Paz-San Vicente, fueron las fundadoras de la sección especial que este año cumple su setenta y cinco aniversario. Sección donde Mercado tuvo muchos años de gloria hasta que a partir de 1973 bajó a las secciones 1ªA y B, volviendo a la categoría reina en 2014.

Regino Más (Benifayó 1899, Valencia 1968) empezó su vida profesional como pintor y aprendiz de escenógrafo, pero pronto sintió el deseo de construir fallas. Plantó su primera falla grande en 1918 y marcó un antes y un después en la fiesta fallera con el éxito de su espíritu innovador compaginado con calidad en los monumentos en los que daba destacado protagonismo a la gran figura central con remate elegante y contorneando su base las escenas con los restantes ninots. Fue el iniciador del gigantismo sin olvidad la sátira, que le ocasionó problemas con la censura y con un dirigente en los años cuarenta del siglo pasado.

Durante la República presidió la Asociación de Artistas Falleros, fue fundador en 1943 del Gremio Artesano de Artistas Falleros, del que fue Maestro Mayor 22 años, y en 1965 consiguió fuera realidad la Ciudad del Artista Fallero, viviendas y naves para sus compañeros de profesión en el valenciano barrio de Benicalap.

Tuvo éxito su propuesta para indultar de la cremá a partir de 1934 el mejor ninot, iniciativa que ha permitido que Valencia tenga un magnífico Museo Fallero en el que están expuestas los cinco figuras falleras de Regino Más que fueron indultadas entre los años 1941 y 1958.

En la larga historia de la sección especial ganaron el primer premio catorce fallas realizadas por este gran artista, un récord al que todavía no han llegado otros importantes compañeros de profesión.

Tras muchos años de estancia en la República Dominicana construyendo carrozas, Regino retornó a su tierra para seguir realizando fallas, carrozas, decorados y atrezzos, entre ellos la famosa y televisiva perrita Marilyn, así como lograr la construcción de la mencionada ciudad artista Fallero, donde una plaza está rotulada con su nombre.

Y de sus decorados hay que destacar los realizados en 1964 para la película estadounidense “La caída del Imperio Romano” que fue filmada en España.

Trabajando en lo que le gustaba murió el 31 de mayo de 1968 al caer de un andamio en su taller ubicado en el barrio que promovió.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel  

jueves, 17 de marzo de 2016

EL MERCADO CENTRAL ABRE SUS PUERTAS

Foto Vidal

1928 – El Mercado Central había sido inaugurado oficialmente con una comida popular el día 23 de enero de aquel año, pero su apertura para el público no fue hasta el 15 de marzo siguiente, una vez autorizadas todas las adjudicaciones. Se instó a los concesionarios para que solicitaran, en su caso, la instalación de perchas, estanterías, cajones u otros enseres, presentado en la Administración de Mercados un boceto duplicado de la instalación que tuvieran proyectada.

Referente a las huertanas con sus verduras y hortalizas para venta al por mayor, que venían formando la “tira de contar”, se mantenían los mismos arbitrios, debiendo “instalarse en la parte del sótano a ellas destinado… pudiendo los carros que traigan sus mercancías, descender por la rampa, y descargarlas junto al lugar en que se sitúe la respectiva vendedora”, de acuerdo con la ordenanza municipal.

El día 15, ordenaba el teniente de Alcalde suplente Sr. Mascarós, “deberán quedar despejados todos los locales que en la plaza del Mercado, Collado, Lope de Vega y Cid (Redonda) y demás apéndices del actual Mercado ocupen los aludidos vendedores no permitiéndose la permanencia allí de ningún vendedor de artículos comestibles”.

El Mercado Central abría sus puertas llamado a inundarse desde aquel momento de los aromas y colores propios de la huerta valenciana.


miércoles, 16 de marzo de 2016

EL NUEVO EDIFICIO DE LA ESCUELA DE ARTESANOS


1931 - En aquel lunes del 16 de marzo, a la una de la tarde fueron disparadas varias tracas desde diferentes puntos de la plaza Castelar. Por la noche era la "plantá" y como anuncio, pasadas las 23 horas, se lanzaron un gran número de carcasas por todos los barrios. Próximas las elecciones municipales, los sucesos de Jaca merecían mayor atención en el diario Las Provincias. Terminado el II Consejo de Guerra y a la espera de la sentencia prevista para el día 18, la madre del Capitán Galán (quien había sido juzgado y fusilado) y la Asociación Nacional de Mujeres Españolas se habían dirigido al Consejo de Ministros en el sentido de que "emplee la máxima clemencia para los encartados". La Compañía del Norte anunciaba un servicio especial para que después de quemarse las fallas los viajeros pudieran efectuar el regreso a su localidad.

Sin embargo, para la Escuela de Artesanos que había abandonado sus instalaciones de Pintor Sorolla, aquel día significó un hito importante: la inauguración oficial del nuevo edificio en las proximidades de Ruzafa .

Presidido por el rector de la Universidad en representación del Ministerio de Instrucción Pública y con la asistencia de autoridades y un gran número de alumnos y sus familiares, se entregaron los premios del curso anterior. El secretario, Sr. Valero Martínez, dio lectura a la memoria histórica de la Escuela desde su fundación hacía 62 años, recreándose en los momentos de mayor dificultad, por cuyas aulas habían pasado de 80.000 a 90.000 alumnos.

El catedrático de la Facultad de Medicina, Sr. Bartual recordó al fundador de las Escuelas d. José Maria Roses quien al morir sin descendientes había dejado sus bienes para la construcción del edificio.

Cerró el acto el Sr. Zumalacarregui haciendo hincapié en "la necesidad de una especialización adecuada a las disposiciones naturales que los niños demuestren", alentando a los profesores y alumnos para que continuaran la labor emprendida.

La foto de Siguenza  corresponde a la publicada por Las Provincias al día siguiente de la inauguración, en plenas fiestas falleras.

lunes, 14 de marzo de 2016

75 AÑOS DE LA SECCIÓN ESPECIAL DE LAS FALLAS DE VALENCIA

1942.- Falla Barcas-Pascual y Genís
Colección Pepe Arenes Más

Con las fallas que plantarán este año en Valencia cumplirá setenta y cinco años la Sección Especial.

Fue creada en 1942 para canalizar aquellas comisiones que con mayores disponibilidades económicas podían pagar fallas grandes que le aportaran, principalmente, espectacularidad a la Fiesta más que sátira, aunque para ello ya se las ingeniaron los artistas y los poetas para trabajar con la doble interpretación durante casi cuatro decenios.

Iniciaron la nueva categoría fallera las comisiones Barcas-Pascual y Genís, Reina-Paz-San Vicente y Plaza del Mercado. La primera dejó de plantar en 1965, la de Reina-Paz milita actualmente en 3ªA y la del Mercado Central, tras muchos años en especial, refrendados con numerosos premios, y un largo periodo de tiempo fuera de la esa sección, retornó a ella en 2014.

Regino Más fue el autor de la falla Barcas-Pascual y Genís que consiguió el primer premio de la nueva sección y el del ninot indultat con “el viejo violinista”. El monumento criticaba la invasión de nuevas músicas y el arrinconamiento de la clásica.

La efeméride ha comenzado con una exposición fotográfica en El Corte Inglés de la calle Colón nº 27 de Valencia que incluye las maquetas de las doce fallas de la sección especial que plantarán este año del aniversario que ha estado expuesta hasta el pasado 15 de febrero.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

sábado, 12 de marzo de 2016

EL VIEJO CLAUSTRO DE LAS ESCUELAS PIAS


(Con mi agradecimiento a Amparo Cerverón LLeó)

El incendio que dejó en muy mal estado la parte del colegio situada sobre la panda del claustro pegada a la Iglesia, fue provocado en 1939 en el momento de su abandono por quienes lo habían tomado durante el periodo de la guerra civil. 

Ya en 1874 se había producido otro incendio, pero en el lado opuesto que da a la calle Villena, evidenciado hace escasos años por una reforma interior con la aparición de vigas quemadas.

Para la reconstrucción de la zona dañada, los padres escolapios vendieron su casa de Godelleta a los salesianos, ahora convertida en centro de convivencia y escuela medioambiental. Fueron tan escasos sus medios económicos que la nueva edificación redujo su altura con sólo dos plantas, más estrechas y sin pasillo interior. Su menor volumen benefició al claustro que pasó de tener cinco arcos laterales a siete. La biblioteca del colegio que estaba situada en una de las plantas destrozadas, utilizadas también para aulas, se trasladó con el tiempo a la planta baja para estudio de los nuevos investigadores.  

En las fotos de los años veinte vemos su aspecto de entonces con la rejas como adorno. Al quitarlas tras la restauración que se había iniciado en 1939, terminada en 1944, quedaron unos huecos en los bancos aprovechados por los alumnos cuando jugábamos a las canicas utilizados como "guás" durante varias generaciones. Ahora, hace alguna década, se taponaron con cemento y con ello se acabo con el juego.



El viejo claustro escolar, espacio de festejos, vital para los instantes del recreo y la gimnasia, se convertía en pista de baloncesto como orgullo escolapio, especialmente en la década de los cincuenta, con los encestes de los Bernat, Penades, Carceller, Ripoll, Aranda, Machancoses, Ruá, Zanón, Sáez, Ribera, Fernández, Requeni... y el largirucho entrenador Miki: 

¡Los héroes del domingo!

jueves, 10 de marzo de 2016

FUEGO EN SAN MIGUEL DE LOS REYES



-¡Se incendia mi taller! ¡Fuego en la espartería! 

El grito se escuchó de la boca de uno de los reclusos en aquella tarde del 11 de Marzo de 1911, cuando, excepto los castigados y enfermos, la población penal se hallaban a la espera del retiro hacia sus respectivas celdas.

Habían tocado las cinco de la tarde, la hora habitual del rancho. Finalizado, los subalternos procedieron al recuento de los penados y la tranquilidad era absoluta en el patio. Joaquín Casanova echando a correr hacia la escalera que comunica con la parte superior del edificio, llamado viejo, alertaba del fuego que se había producido en el segundo piso donde se hallaba su taller. La primera planta se destinaba a enfermería y dormitorios de reclusos ancianos.

La actuación de los penados fue ejemplar pues un centenar, dirigidos por el subdirector de San Miguel de los Reyes, controlaron el fuego gracias al agua de una acequia interior lanzada sobre el fuego utilizando botijos, pozales y cántaros, dada la carencia absoluta de bocas de riego en los patios, y de incendios en los talleres, impidiendo su propagación al desalojar los centros de guitarrería y alpargatería anexos, así como otras dependencias, de cualquier objeto que facilitara su extensión.

Aunque la noticia se expandió más que las llamas, pues la alarma corrió por la ciudad a la que llegó la voz de que todo el penal era pasto de las llamas y que los reclusos estaban forzando las puertas con intención de fugarse. Nada más cierto. A las 19 horas el fuego y la situación estaban controlados, con el resultado de un solo herido leve en la persona de un cabo de bomberos con lesiones en una de sus manos. 

Tal fue la impresión de la noticia que las autoridades militares, alcaldía, la Audiencia, las fuerzas de seguridad y el cuerpo de bomberos intervinieron ante el siniestro con gran rapidez.

martes, 8 de marzo de 2016

KIOSCOS EN LA PLAZA CASTELAR



Archivo Levante-EMV

1920 - En el mes de marzo de aquel año y en su portada , el periódico La Correspondencia salía al paso de la instalación de kioscos  en la plaza de Castelar. De forma jocosa, demandaba un nombre para la zona en consonancia con los abundantes puestos que para diversos cometidos se iban estableciendo: flores, refrescos y prensa, básicamente.

GARDEN-KIOSK-PARTI, era el titular de un artículo a dos columnas que en su inicio consideraba que de cualquier forma "era una necesidad y hasta una falta de estética, el que el único metro cuadrado de terreno que queda libre en este paseo, no tuvieses un kiosco más o menos refrescante".

Y en su humorístico reportaje, llegaba a la conclusión con cierta sorna, de que si al lugar donde nacen melones se le llama melonar, donde se crían las gallinas gallinero, pernoctan las palomas palomar y donde está la arena arenal, el paraje repleto de kioscos no le vendría mal tildarle de kioscal, aunque "por si acaso suena mal Kioscal de Castelar, pueden buscarse otros derivados". Como nombre moderno, proponía el redactor el de "kioscage", ya que "donde están los autos, es garage", pontificaba.

En el fondo, no era más que una critica al considerar excesivo el número de kioscos en detrimento de la arboleda, incluso proponía trasladar a un lateral el monumento al Marqués de Campo, lo que facilitaría aumentar el número de tan refrescantes kioscos.

"¡Aquí no nos privamos de nada!" Terminaba el cronista.

domingo, 6 de marzo de 2016

EL PONT DE FUSTA


1949 - El origen y funcionalidad del popular “Pont de Fusta” cuya nominación venía dada por el suelo a base de tablones de madera sobre una estructura de hierro, está marcado por la estación del ferrocarril de vía estrecha en una línea inaugurada en 1888 y que enlazaba Marchalenes, donde estaba la estación inicial, con Liria.

Dependiente de la Sociedad Valenciana de Tranvías fundada en 1885, la estación de “les terres marjalencas” –como destaca en sus escritos Juan B. Viñals Cebriá- estuvo conectada con la red tranviaria para facilitar la comunicación de los viajeros.

Muy pronto se hizo necesaria la aproximación a la ciudad y en 1892 se construyó la estación de Santa Mónica -que la vecina Iglesia de finales del siglo XVII le dio su nombre- ante el cauce del Turia y entre los puentes de Serranos y Trinidad. 

Fue cuando se llevo a cabo la construcción de un puente peatonal, más próximo, que en línea recta y de forma rápida iba a conducir a los usuarios hacia el centro de la ciudad, que giraba en torno a la Catedral.

Así pues, en 1892 se acometió su construcción. Debido a su fragilidad y por la acción de las riadas, tuvo que ser reconstruido en diferentes ocasiones, hasta que tras la de 1957 lo fue ya de cemento, aunque siguió conservando su nombre de siempre.

El nuevo puente que por su naturaleza se ha conocido como "Pont de Fusta", nació por la construcción de una estación ferroviaria que,  con el tiempo,  iba a olvidar su primigenio nombre. Denominación que perdura como punto de parada de la moderna línea de tranvías a la espera de su conexión con la red del metropolitano.

viernes, 4 de marzo de 2016

EL ROMÁNICO IRRUMPE EN VALENCIA



Fue en el año 1262 cuando comenzó a construirse la Catedral de Valencia una vez derribado el anterior templo asentado sobre la antigua Mezquita Mayor de la Valencia musulmana. Sobre el maestro picapedrero Arnau Vidal y por instrucción del Obispo Albalat, recayó la responsabilidad de su construcción y muy pocos años después ya tenía dispuesta su puerta románica, hoy conocida como de la Almoina, situada en el mismo punto que el de la entrada principal de la que había sido aljama mahometana. 

Pero no fue esta la primera muestra de su arte en nuestra ciudad con su arco de medio punto.  En la Iglesia de los Hospitalarios de San Juan, la más antigua de la ciudad, unos diez años antes que en la de la Seo ya se podían contemplar las nuevas lineas arquitectónicas que iban a borrar las huellas del estilo mahometano en beneficio del cisterciense que se había impuesto en monasterios y conventos. En la misma medida, el Rey Conquistador ordenó la ampliación del Convento de la Roqueta, donde el arco de medio punto igualmente dejaba su impronta.

En la foto de los años sesenta vemos el aspecto que mostraba su puerta románica cuando el futuro del complejo hospitalario navegaba en la incertidumbre. Los macetas que daban vida a su alfombra vegetal, contribuían al sustento de su dignidad.

miércoles, 2 de marzo de 2016

DEPÓSITO, TALLERES Y ESCUELA DE APRENDICES EN VALENCIA ALAMEDA

Álbum familiar de Rafael Portoles Mir

En la panorámica tomada en 1962 por Rafael Portoles Mir desde un edificio en la esquina de las avenidas Blasco Ibáñez (Entonces Paseo al Mar) y Cardenal Benlloch) se ve en primer plano Casa Chima, detrás cultivos huertanos, la Escuela de Aprendices y el conjunto ferroviario que de izquierda a derecha comprendía: la vía del ferrocarril hacia Calatayud y Zaragoza, el Depósito que albergó las mayores locomotoras de vapor articuladas de España, los Talleres Generales y las casitas de dos plantas de la calle Clariano. No se ven el pequeño cine Goa y una diminuta iglesia.

Instalaciones ferroviarias que hasta la constitución de Renfe en 1941 pertenecieron a la compañía del Ferrocarril Central de Aragón que el 25 de febrero de 1902 inauguró su tramo entre Sagunto y Valencia y el ramal al puerto del Grao el 23 de septiembre siguiente.

La estación Valencia Alameda fue cerrada al servicio de viajeros el 24 de mayo de 1968 y a partir de 1974 fue derribada junto con los restantes edificios quedando sólo la base de obra del depósito de agua en el jardín que sustituye a parte del complejo ferroviario de la foto. También se salvaron la gran marquesina de la estación, que la compró Álvaro Faubel para una fábrica de derivados del cacao, y una cancela de grandes dimensiones que actualmente forma parte de la verja de la Estación del Norte recayente a la Gran Vía Ramón y Cajal.

En cuanto a la Escuela de Aprendices fue una de las trece creadas por Renfe para preparar empleados en once oficios de taller. Entre el 1 de marzo de 1947, en el edificio de la foto a partir del año siguiente, y el 15 de septiembre de 1970 la de Valencia formó en teoría y práctica a 549 alumnos que tras tres años de aprendizaje pasaron a ocupar plazas vacantes de ayudantes en el ámbito de la IV Zona de Renfe, cuyos límites ferroviarios llegaban a Baza, Villarrobledo, Utiel, Calatayud, Zaragoza Delicias y Tortosa,

Al mejor alumno de cada promoción le dotaban con una beca para estudiar la carrera de perito o ingeniero.

Alumnos que además de los estudios y las prácticas en los Talleres Generales eran llevados a visitar empresas de diverso tipo, practicaban deportes y participaban en los festejos que anualmente celebraban conjuntamente el Depósito y los Talleres Generales a la Vírgen de los Desamparados, con misa en el comedor y procesión recorriendo las instalaciones.

El fruto de un enorme trabajo de búsqueda de datos y recopilación de fotografías y documentos lo plasmó en el año 2009 el ex aprendiz Joaquín Peris Micó en el libro “Breve historia de la Escuela de Aprendices”. Autor que contó con la gran ayuda del también ex aprendiz José Genovés Marco para el maquetado previo a su impresión. Gracias a ellos ha quedado guardada la memoria minuciosamente detallada sobre estudiantes y profesores en 162 hojas con el complemento de 174 fotografías y muchas copias de documentos. De breve nada.

Instalaciones con muchos recuerdos familiares para el que suscribe.


Texto de Esteban Gonzalo Rogel