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martes, 30 de junio de 2015

PLAYA DE VÍAS DE LA ESTACION PONT DE FUSTA.

PLAYA DE VÍAS PONT DE FUSTA.- marzo 1983.- Esteban Gonzalo (1) Colección Esteban Gonzalo 

Desde la galería de unos amables vecinos tomé en marzo de 1983 esta panorámica de la playa de vías de la estación Pont de Fusta, de la que entonces partían líneas de vía estrecha a El Grao, Rafelbunyol, Bétera y Llíria, cuyas longitudes sumaban 63 km.

La estación fue abierta al servicio público el 8 de julio de 1892, al unísono que la línea del Grao, y clausurada cuando finalizó el día 4 de mayo de 1995, tras 102 años y 300 días de vida ferroviaria.

Red de ancho métrico donde trabajaron quince locomotoras de vapor, todas de la británica Hunslet Engine Company, que a partir del 7 de abril de 1917 fueron siendo relevadas, paulatinamente, por la tracción eléctrica, hasta el 1 de mayo de 1925 para los trenes de viajeros y cinco años después para los de mercancías. Tracción de vapor que volvió con locomotoras que trajeron del Ferrocarril de Sierra Menera durante la guerra 1936-1939 para ayudar cuando habían cortes de energía eléctrica.

Foto donde se ven 5 remolques para desguace, dos viejos automotores eléctricos “bujías”, uno con remolques y otro sólo, ambos esperando órdenes, otro de la misma serie en el fondo de la imagen preparado para su salida en la vía del Grao, una locomotora eléctrica (popularmente tanque) apartada e igualmente a la espera, y en la vía paralela a la de Bétera (cerca del andén central) un automotor Wumag (popularmente portugués).

Rara tranquilidad en una terminal con 523 trenes diarios, contando salidos y entrados, que llegó a más de 600 en los años sesenta y setenta, y donde los guardagujas tuvieron que estar muy atentos a su labor hasta que en 1974 hubo una modificación de trazados e inauguraron un puesto de mando para controlar un paso a nivel, las señales luminosas y los 18 desvíos motorizados de las once vías de la estación. Según FEVE, gestionadora entre 1964 y 1987 de los trenets, para ampliar en segunda fase el control a todo el trazado ferroviario.

Pese a la neblina se ve El Micalet en el hueco central de las Torres de Serranos y destacan la torre de la iglesia de Santa Mónica y el mazacote de viviendas que flanquean la entrada a la calle Sagunto.

Tanto los terrenos que ocupaban las vías e instalaciones como parte de los campos de cultivos más cercanos fueron transformados en una amplia avenida con calzadas laterales y dobles vías de tranvía que contornean la fuente construida ante el edificio ferroviario donde estuvieron las oficinas y el servicio de viajeros. Para ello tuvieron que quitar parte de la gruesa capa de tierra y escombros con la que elevaron la plataforma para protegerse de inundaciones del cercano río Turia. En nota que publicó el diario Mercantil de Valencia el 1 de junio de 1892 la Sociedad Valenciana de Tranvías seguía pidiendo escombros a peseta el carro.

23-10-1993 La nueva avenida. Esteban Gonzalo.
Colección Esteban Gonzalo


La segunda foto fue tomada desde la terraza de otros afables vecinos el 23 de octubre de 1993, ocho días después de la inauguración oficial de la avenida, con vías y cables preparados para los tranvías que comenzaron a transportar viajeros cinco meses después, y en el centro los andenes provisionales para el trenet de Rafelbunyol. El ajardinamiento posterior fue terminado cuando las vías del ferrocarril fueron quitadas a partir del 5 de mayo de 1995.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel.

lunes, 29 de junio de 2015

LA FUMADA EN EL MICALET

las fumadas del micalet


1516 - El Campanario Viejo, situado en la actual calle Barchilla, no reunía las condiciones óptimas para el fin que deseaban los Jurados de la ciudad. Ello fue la razón que les motivó a contratar los servicios del maestro Andrés Julia para que en la plaza de las Coles, próxima a la Catedral, elevara una nueva torre que sería conocida en un principio como Campanario Nuevo, para terminar anexo con la ampliación de la Seo con la construcción del Aula Capitular y otras dependencias en el siglo XV, en una obra conocida como Arcada Nova a cargo de los maestros Francesc Baldomar y Pere Compte.

Las obras del campanario comenzaron en 1381 con la colocación de la primera piedra el 1 de abril, según una inscripción en su base, para ser terminado en 1426 a falta de algunos detalles que lo embellecieran, con la participación de otros maestros en sus últimos años de construcción.

Sus primeras campanas fueron las procedentes del Campanario Viejo, y en el día de San Miguel, en 1418, se colocó la campana de las horas, que daría el nombre del Micalet a la torre con el paso de los años. Campana que no resistió el paso del tiempo, con la fundición de una nueva en 1463, que no sería la última, pues por diversos accidentes -como el de un rayo en una ocasión- obligó a varias refundiciones hasta la última de Luis Trilles en 1532, pero siempre con el mismo nombre.   

En lo alto y por las instrucciones de los Jurados se practicaba la costumbre de una hoguera, “fumada”, que se encendía a diario y en horas fijas como señal de normalidad en la costa, a menos de no encenderse en doble hoguera. De observarse fuera del horario acostumbrado, se tomaba como señal de alarma, en una disposición que se puso en práctica desde el 14 de agosto de 1516.


Siglos después, en 1840, se puso en lo alto un telégrafo de señales marítimas, en una costumbre que persistió hasta la segunda década del siglo XX. Básicamente consistía en dos grandes esferas alquitranadas que según su posición se indicaba la entrada o salida de vapores del puerto, abundando en su consideración de mercantes o buques de guerra.


Y desde lo alto del Micalet, también se hacía la “Bendición de los Términos”, el anuncio de la festividad del día de la “Invención de la Santa Cruz”.

domingo, 28 de junio de 2015

VALENCIA, CIUDAD DE CAFÉS


Cafeì Fornos. 1911_posyeriormente papeleria vila 
Archivo Rafael Solaz

1911 - La foto corresponde al Café Fornos que ocupaba el local donde años más tarde, en 1929, se establecería la Papelería Vila, llamada a gozar de gran prestigio en la ciudad.

El “edificio Aznar" construido en 1905 como chaflán final de la calle Embajador Vich, con su cuerpo de miradores, modernista, coronados por cupulín, iba a aportar con tan peculiar arquitectura un plus de popularidad a la plaza Rodrigo Botet.

En sus bajos se instaló el café Fornos, con sus elegantes columnas siendo muy concurrido en competencia con otros cafés que tanto abundaron en el centro de la ciudad, cada vez más extenso.

Valencia, ciudad de cafés, con El Siglo de la plaza de la Reina en su esquina a la calle de la Paz, con el Munich enfrente. Más adelante el Ideal Room, donde acudía la intelectualidad valenciana. En su dirección hacia el Parterre se hallaba el Café Sport, ya en la plaza llamada entonces del Príncipe Alfonso. 

El Café de España, tan loado por Azorín, en la Bajada de San Francisco, donde también se encontraba el Café Suizo, el Inglés del Pasaje de Ripalda, El León de Oro de la plaza de la Pelota, en un puño de terreno. Mención necesaria al Royalti de la calle las Barcas, señorial y de negocios,  enfrente al Café Dorado con su sala de juegos de billar, así como el Cosmopolita en el nº 13, anterior al del Teatro Principal y el Habana de Pintor Sorolla a continuación. El Gran Café Martí, que desaparecido el de España, cogió el testigo en la calle Pi y Margall.

Todos ellos, juntos a otros en calles cercanas, contribuían con sus aromas de café, aguardientes y azucarillos a una vida social con ecos de tertulias nada ajenas al blasquismo, o como lugar de celebraciones al estilo que nos ofrece la foto del Café Fornos, con un esmerado servicio a una clientela en la que el blusón huertano hacía su presencia.
 

sábado, 27 de junio de 2015

LA VERJA DE LA GLORIETA




Fuente - Biblioteca Valenciana

En 1909 la verja de hierro alrededor de la Glorieta, con anterioridad de madera, iba camino a cumplir sus Bodas de Oro cuando desde el Municipio se tuvo la ocurrencia de su desalojo. El intento se llevó al pleno para su debate, a cargo de la Comisión de Festejos y Mejoras alegando una mejor visualización de la zona ajardinada y su aprovechamiento para sustituir el paredón que cercaba la Plaza de Toros, lo que contribuiría a su mejor lucimiento.

Intervino el Sr. Martínez Aloy, historiador que recientemente había sido Alcalde, en defensa de la verja, indicando no entender las razones que justificaban su traslado. Ni siquiera por dificultades de acceso, toda vez que eran varias la puertas de la Glorieta; y mucha la amplitud de sus calles limítrofes, lo que facilitaría la construcción de nuevos pasos en el supuesto caso de que aumentara la afluencia de vecinos, que por aquel entonces consideraba improbable. Terminó su defensa por el interés artístico de la verja, que aunque fuera de mayor o menor riqueza, consideraba la adecuada para el entorno. Cumplía también con su misión de protección, pues una vez eliminadas sería necesario un servicio de vigilancia por la desaparición de las plantas. Su importancia era aún mayor al ser el único jardín con cerramiento  en beneficio de los niños.

La abundancia de plantas exóticas que causaban admiración a los extranjeros gracias a los cuidados a cargo del jardinero Sr. Peris, la eliminación de la verja motivaría continuas quejas de los vecinos, así como denuncias por parte de la prensa.

La propuesta fue sometida a votación con empate a 24 votos. El Alcalde Sr. Maestre con su voto decisivo, hizo que la verja continuara en su puesto.

No fue así, en 1925 con el inicio de una importante transformación en la Glorieta, fue cuando la verja fue desalojada y con su traslado muy pocos años después; pero no a la Plaza de Toros, sino a los Jardines del Real donde permanece.

Con la vista del Cuartel de Artillería, se observa un tramo de la verja enfrente.

viernes, 26 de junio de 2015

EL ASILO DE SAN EUGENIO EN EL CABANYAL


asilo san eugenio

1933 Ca. El Asilo de San Eugenio, que había sido fundado el 1 de julio de 1885 en plena epidemia de cólera por el Dr. Sanchis Bergón, medico municipal y años más tarde Alcalde de Valencia, en una finca de recreo del periodista Julian Settier, próxima y a la espalda del Huerto del Santísimo, estuvo en su inicio dedicado a dar asilo a los niños huérfanos, incluso desde el momento de su nacimiento y hasta la edad de siete años, momento en el que eran entregados en adopción, o requeridos por algún familiar. Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul fueron las encargadas de su cuidado. Desde el primer día, cinco monjas se encargaron de los siete niños asilados, número que progresivamente fue en aumento, al igual que lo fue la superficie de la residencia.

Su nueva sede y desde 1916, cuando dejó de funcionar en el Llano del Real, estaba situada en la calle de San Guillén nº 2, esquina a la de Sagunto, en los locales, al parecer, de una antigua fábrica de tejidos.

Buscando un lugar más adecuado y beneficioso para los niños, las Hijas de la Caridad de San Vicente Paul, a quienes se había otorgado el cuidado del Asilo, requirieron ayuda al Gobierno en 1930 para la construcción de unas instalaciones frente a la playa, siendo el lugar elegido junto al Balneario de Las Arenas.

La Real Orden de autorización para el uso de los terrenos fue inmediata, al igual que lo fue el inicio de las obras pese a la escasez de medios económicos, gracias a las donaciones que los valencianos iban entregando en la sede del la barriada de la calle Sagunto, en donde la Junta de Protección de la Infancia, presidida por el Gobernador Civil, había acordado en 1931 prestar su colaboración económica con el Patronato del Asilo de San Eugenio en beneficio de los lactantes, con nuevos servicios para los vecinos. Sede que fue ampliada en 1934 con la construcción de una cantina escolar y como guardería en la calle San Guillén, dotada con nuevos servicios. Asilo que en 1935, cuando cumplía cincuenta años de vida, llegó a tener internados a 250 niños de ambos sexos, habiendo pasado desde su año fundacional, 8.890 asilados.

Vemos en la foto el asilo junto al Balneario de Las Arenas hacia 1933, en un lugar idóneo para el disfrute mediante baños de sol y de mar de los niños asilados, en unas instalaciones que ya se utilizaban en octubre de ese año.


El Asilo de San Eugenio continuó cumpliendo su misión hasta finales de siglo, aunque sólo en jornada de día, cuando desde la calle de San Guillen trasladaban a los niños hasta el momento de su derribo para la construcción del Hotel Las Arenas que fue inaugurado en el año 2002.

jueves, 25 de junio de 2015

AYUNTAMIENTO EN CONSTRUCCIÓN


 1924 ca fachada en obras

Archivo Rafael Solaz


1924 Ca - La fachada principal del Ayuntamiento de Valencia estaba situada a comienzos del siglo XX en la calle de la Sangre, próxima a la esquina con la de Arzobispo Mayoral. Su acceso era a través de la puerta de la antigua Casa de Enseñanza. 

Ya estaba fraguándose una amplia remodelación de la plaza de Emilio Castelar al quedar liberada con el traslado de la estación del Norte, situada en la misma, al lugar cercano junto la Plaza de Toros, donde Demetrio Ribes iba a recrear un bello vestíbulo de bienvenidas frente a la calle Játiva.


Se abría así la Avenida del Marqués de Sotelo que iba a dar una mayor perspectiva a la nueva estación modernista, así como a la fachada del Ayuntamiento cuyo proyecto se había encargado a los arquitectos Francisco Mora y Carlos Carbonell. El  comienzo de las obras seria en 1906 y la fecha de su inauguración en 1930.


Junto a Mariano Benlliure, Carmelo Vicent y Vicente Beltrán aportaron su calidad artística mediante un conjunto de simbólicas estatuas de mármol situadas en la parte central bajo el carillón en lo alto, enriqueciendo su fachada.


Obras en la ciudad que vemos en la foto hacia 1924 con el aspecto que iba tomando el Ayuntamiento en su puerta central, aún cegada, con ausencia del adoquinado. 


Ventanas abiertas como ojos expectantes que esperan el día de su puesta en marcha al servicio de la ciudad. 

miércoles, 24 de junio de 2015

FRANCESC BADENES I DALMAU - LA VALENCIA LITERARIA

1912 - Poeta Badenes Dalmau 

Paseando por los Jardines de Los Viveros podemos encontrar el busto de un insigne poeta valenciano: Francesc Badenes i Dalmau (1859- 1917). El busto, en bronce, es obra del escultor valenciano José Esteve Edo y fue donado por su nieta Teresa Cebrian Badenes. En su pedestal de piedra figura la siguiente inscripción: 

“Al Llorejat poeta Francesc Badenes i Dalmau. Mestre en gai saber. Alberic 2-XII-1859 - Valencia 23-I-1917”.

Badenes fue uno de los poetas representativo de la denominada de la Renaixença Valenciana, contemporáneo de otro de nuestros grandes poetas, D. Teodoro Llorente y asiduo participante en los Jocs Florals de nuestra ciudad. Perteneció a la sociedad Lo Rat Penat desde el año 1878 y posteriormente, en 1888, ingresó en la sociedad  L’Oronella.

Os dejamos con un fragmento de uno de sus poemas más conocidos, en lengua valenciana, "L’etern misteri":
Tot riolant, riolant, 

la riola va cantant 

fent camí del cementeri 

que és el riu. 

Així la humana esperança, 

tot cantant en sa gaubança, 

va a morir en el misteri 

més ombriu.


Texto de Mauro Guillén. Más entradas en el Mapa Literario de la ciudad de Valencia (http://bit.ly/13GFOEb)

martes, 23 de junio de 2015

EL VIEJO ATENEO MERCANTIL


Saloìn del antiguo Ateneo Mercantil de Valencia. 1911 copia

Archivo Rafael Solaz


1911 - Al Ateneo Mercantil de Valencia se le puede y debe considerar como la sociedad civil más importante de la ciudad, tanto en cuanto su aportación fue decisiva para la puesta en marcha del más importante evento (que como hoy se citaría) impulsor del avance económico de Valencia tras la primera década del siglo XX, pese que a su término, la Exposición Regional, avalada con el propio patrimonio de su principal adalid: Tomás Trénor Palavacino, cerrara con pérdidas económicas. 

Quien después seria Marqués del Turia aceptó la Presidencia del Ateneo Mercantil cuando tenía su sede en la plaza de la Pelota, tras haber ocupado otros lugares desde el año de su fundación en 1879 en un largo periodo de penuria económica.

En 1908 se unió con el Círculo Valenciano (entidad fundada en 1847, primero como Casino del Comercio y con nuevo nombre desde 1855) que tenía su sede en la plaza Castelar. La fusión fue todo un acontecimiento social con el acierto de continuar manteniendo su  nombre, vital para su larga existencia, al igual que lo fue lograr la propiedad del edificio, junto otro vecino, en 1920, lo que iba a posibilitar tras una importante remodelación urbanística en los años treinta, la edificación de una nueva sede, más amplia y con espectacular fachada, como lugar de encuentro de la sociedad valenciana.

Antiguo edificio del Ateneo Mercantil de Valencia. 1911
Archivo Rafael Solaz

En la imágenes de 1911 vemos en una de ellas el aspecto de su interior donde se reúne lo espectacular con el lujo, así como un primer plano de su fachada, con su balcón corrido y las iniciales "A M" en los toldos de sus ventanas.

La carroza aparcada ante su puerta principal y la expectación popular que se percibe en la imagen, indica la asistencia de algún personaje, local o foráneo, en aquellos años que su presencia también significa un despegue lento, pero con el claro objetivo del propio Ateneo de avanzar con seguridad hacia el futuro.

lunes, 22 de junio de 2015

Y LAS CALLES SE LLENARON DE AUTOBUSES.

Archivo Rafael Solaz - Calle Játiva

1932 Ca. - Y Valencia se llenó de autobuses a los pueblos. Desaparecieron las diligencias y tartanas.  Muchas líneas de nueva creación y otras por fusión de los tartaneros. Nadie pensaba en locales, ¡qué mejor que las calles para estacionar, recibir o despedir a los viajeros!. 

Hubo calles emblemáticas por el estacionamiento de los autobuses. La  más, fue la calle Játiva, en ambas aceras, filas de autobuses llenaban la calle. Gentes que viajaban con multitud de objetos, redondas cestas con asa, con blanca tela, tapada y cosidas, para resguardar su interior, maletas liadas con cuerdas, cestos donde en su interior también viajaba algún animal vivo, gallo, conejo o pato.


Los autobuses de Onteniente, La Gandiense, o los de Alcoy, toda una aventura, para tan pocos kilómetros, en los cuarenta meterse por la sierra era peligroso; aquellos interminables viajes a Alcoy con parada en Gabarda, el Bar de la Masera la madre de los famosos Galvis, se llenaba de hambrientos viajeros, se amontonaba en la barra del bar, para comerse un bocadillo de blanca y humeante tortilla. 

Y la calle Játiva se quedó pequeña, y en otros lugares también se  estacionaron los autobuses, Junto a las Torres de Cuarte los de Godelleta y Turís;  a la sombra de la Torres de Serranos, los autobuses de la zona Norte de Valencia, La Saguntina, Autobuses Puzol, La Valldeuxense, La Segorbina, o los de Abuixech y Masalfasar, la Hispano Chelvana en los antiguos solares de la Misericordia. 

En Convento de San Francisco, La Unión de Benisa. Quedan ya pocos autobuses, que estacionen en las calles, los metieron todos en sus estaciones, recogidos, y desaparecieron las pintorescas escenas, callejeras, para bien o para mal, mejor para bien.

Texto: Germán Gómez   

domingo, 21 de junio de 2015

LA CHALA

 
numero 1 la chala

1926 - En los años veinte las revistas de contenido erótico con el recurso de la picardía sexual y su picante atrevimiento, fueron muy usuales. En aquel juego satírico con guiños de lujuria, la censura ponía sus limites, lo que obligó al cierre de las publicaciones más osadas.

Especial atención se merece la Chala, editada por Vicente M. Carceller, destacado editor y periodista, a quien le habían suspendido la Traca, de carácter anticlerical, en la que colaboraron dibujantes de prestigio, con sus osadas viñetas siempre en lengua valenciana. Su edición se mantuvo hasta 1933 con un número superior a las 180 publicaciones, y el motivo de su salida al mercado en 1926, como los ojos del Guadiana, fue en sustitución de la Traca y con su nuevo nombre. 

El prestigioso editor también dirigió su mirada hacia el mundo taurino, y desde su “Editorial Carceller, lanzó al mercado la popular revista “Clarín” de alcance nacional, con la exitosa tirada de 23.000 ejemplares semanales, debido a la gran seriedad y amplitud de información acerca de la tauromaquia.

Vemos el número 1 de La Chala reemplazando a la Traca, que con este nombre volvería a publicarse años después.

sábado, 20 de junio de 2015

LOS SILOS DE BURJASOT

ca 1920 los silos

1920 – Ubicados en Burjasot, la titularidad de los mismos pertenece al Ayuntamiento de Valencia, quien cedió su uso al consistorio local situado justo a su lado.

La climatología valenciana dificultaba el cultivo del trigo -uno de los alimentos básicos de la dieta mediterránea- en relación con su demanda, lo que obligaba a los Jurados a su adquisición del interior peninsular, al igual que por vía marítima desde Nápoles y Sicilia. El aumento demográfico de la ciudad de Valencia, el encarecimiento del cereal, la insuficiencia de los graneros existentes en el interior del “cap i casal”, la humedad que dañaba al grano, la problemática de su distribución a través de una red de boticas, todo en su conjunto, fue lo que decidió a los Jurados la construcción de un lugar apto para su almacenaje y centralización. Hasta entonces al Almudín y a la Lonja Vieja llegaban los carros para su venta y reparto.

El sitio elegido fue una loma de piedra caliza que reunía las características apropiadas, iniciándose su construcción en 1573, en un proceso de 215 años que culminó el 31 de mayo de 1788 con la habilitación de 41 silos con una capacidad de 22.270 cahices, según una inscripción en sus paredes, aunque se continuó en la obra hasta 1806, fecha de su inauguración, según placa conmemorativa.

En primera instancia su ejecución se encargó al maestro picapedrero Sancho de Camino en obra de sillería y mampostería con la construcción de tres silos, que tras el éxito obtenido se le adjudicó la ampliación, al tiempo que con otras obras anexas en el paso de la años, los Silos de Burjasot iban adquiriendo el rango de monumento, no exento de fama por su peculiar arquitectura. Su enlosado, cerramiento, dependencias, cruz en el centro -que unos años antes estuvo a punto de ser reemplazada por un obelisco en homenaje a los liberales victimas de las guerras carlistas-  y una ermita que vemos en la foto, contribuyeron a ello.

Estuvieron en uso hasta el año 1931, sufriendo después los avatares de la Guerra Civil, en la que fueron utilizados con diversos fines. Tras la contienda se requirieron para usos civiles con carácter cultural en diferentes momentos, y en la actualidad como lugar de visita para el conocimiento de su historia. Desde 1982 con la consideración de Monumento Histórico Artístico de Carácter Nacional.
Almacenamientos de trigo, alimento de vidas.

viernes, 19 de junio de 2015

LA NARANJA, FRUTO DORADO

1952 en el huerto de naranjos Archivo de Rafael Solaz

1952 – El gran peligro para nuestro fruto dorado son las heladas, pero afortunadamente y con el buen talante del clima de la huerta valenciana, la naranja consigue su exquisitez y punto de dulzura. Pero por su condición femenina, le encantan los mimos y cuidados. 

En la Valencia del blanco y negro y en gran parte del siglo XX, el perfume de su azahar no sólo se esparcía por la ciudad, sino que a la vieja dársena llegaban con el previo paso por la avenida del Puerto las cajas del fruto para su exportación, como primera fuente de divisas.

Pero para ello, los naranjales necesitaban de su previo cuidado que era realizado con el cariño de los huertanos.

La imagen nos lo demuestra, de forma manual y directa, los árboles recibían el tratamiento adecuado y en el momento oportuno, una vez que los sulfatos eran preparados de acuerdo con la exigencia del estado del fruto.

Mañana de radiante sol, sombreros de paja y naranjos preñados, mientras preparan la dosis necesaria que mochila a la espalda, rociarán sobre el que fue “oro de la huerta”.

jueves, 18 de junio de 2015

LA PLAYA DE LEVANTE

CA 1900 playa levante
Fuente – Biblioteca Valenciana

1900 Ca. – Joaquín Sorolla llevaba a los lienzos la luz que junto al salitre advertía en la orilla del Mare Nostrum de Vicente Blasco Ibáñez.

Como fuente de su inspiración la brisa del mar relajaba su mirada, meciendo los movimientos de su pincel que hurtaba los tonos y colores de su embadurnada paleta. El novelista con su Flor de Mayor, documentaba en las olas las venturas y desventuras de los hombres de la mar.

Sin embargo, no era siempre el lugar de las musas como fuente de creación, pues llegado el azote estival, en la playa de Levante, los barracones de baño se alineaban en paralelo al romper de las aguas.

Lugar de baño, de días de verano, de vientos y de sol donde se disponían toldos en su misión de pequeños umbráculos que aliviarían la feliz jornada. Su presencia nos trae el recuerdo de los blancos lienzos de aire sorollescos, llenos de espumas con destellos de luz.

La valla cumple su misión ante el Balneario de Las Arenas que limita su espacio en una postal que bien podía haber coloreado el mismo Joaquín Sorolla, en una costumbre que por espacio de unos años pusieron en práctica pintores valencianos.

miércoles, 17 de junio de 2015

UN NUEVO TRANVÍA EN LA CALLE COLÓN

1947 CA UN NUEVO TRANVIA EN LA CALLE COLON

En 1943 apareció sobre sus raíles el tranvía popularmente conocido como “el pájaro azul", con una codificación que se correspondía con la serie 400.

La calle Colón, uno de los arcos que cerraba la ronda de circulación, fue de las elegidas para que en sus dos sentidos y por el centro de la calzada, el nuevo modelo completara el circuito.

La foto nos traslada a una calle por entonces llamada a ser de las más comerciales de la ciudad, aún vacía, en la que iban apareciendo edificios de mayor volumen en el número de los pares.

La Nueva Torera seguiría gozando por unos años de gran popularidad y los árboles de corta vida iban espesando sus copas para aliviar del calor a los paseantes, todavía escasos.

El Salón de Limpiabotas que durante varias décadas vestiría de elegancia a su numerosa clientela, da vida a un chaflán que en las tardes de toros y horas de teatros se convertía en protagonista especial. Y en los días laborables, la peluquería al lado.

Y aparcados, un coche y un triciclo: uno llamado a inundar las calzadas y el otro a desaparecer de ellas.

¡Cuestión de tiempo!

martes, 16 de junio de 2015

AMASIJO DE CABLES EN LA AVENIDA DEL PUERTO


Foto de Esteban Gonzalo Rogel

1973 - En la avenida del Puerto el 20 de junio de 1970 los tranvías fueron sustituidos por trolebuses y con ello hubo duplicación de cables aéreos, ya que los neumáticos no permitían el contacto que las ruedas metálicas de los tranvías realizaban con los raíles de acero. El asunto se complicó cuando en 1973 electrificaron el ferrocarril de Renfe entre Valencia y Tarragona, ya que para cumplir las normativas técnicas tuvieron que poner en el centro de la avenida y cercanos entre ellos los cables para ida y retorno de los trolebuses en su cruce con la catenaria ferroviaria de la doble vía. Los trolebuses a 600 voltios y los trenes a 3.000 voltios, ambos con corriente continua. 

Foto tomada a las 13:20 horas del domingo 25 de noviembre de 1973 desde la cabina posterior de una unidad eléctrica serie 600 en servicio especial para la Asociación Valenciana de Amigos del Ferrocarril, que festejaba conjuntamente con Renfe Valencia la terminación de la electrificación del ferrocarril hasta Tarragona, cuyo último tramo hasta Valencia fue inaugurado el 17 de octubre de 1973.

Tras pasar los trenes desde la torreta levantaban con rapidez las semibarreras para dar paso a la acumulación de vehículos, que al ser festivo el día de la foto eran pocos comparativamente con las aglomeraciones de los días laborables.

Los trolebuses fueron sustituidos por autobuses a partir del 29 de febrero de 1976 y con ello desaparecieron los cables a 600 voltios pero la supresión del paso a nivel tuvo que esperar hasta el 13  de abril de 1991, cuando fue abierto al servicio ferroviario el túnel del Cabanyal. En los últimos años de la vía férrea en superficie siete de cada 24 horas las barreras cortaban el tráfico rodado.
 
Texto y foto Esteban Gonzalo Rogel.

lunes, 15 de junio de 2015

A MESTALLA DE MITIN

1935 Miting en Mestalla de la Derecha Regional y de la Ceda_Luis Lucia y JM Gil robles

1935 – El campo de Mestalla pese a estar alejado del centro de la ciudad fue el lugar elegido para varias concentraciones políticas en aquel año.

En el mes de mayo, Manuel Azaña y con carácter nacional, celebró en sus instalaciones un mitin al que acudieron sus seguidores incluso desde los puntos más alejados de la geografía española, como La Coruña, cifrándose la presencia de unas sesenta mil personas.

Días después, fue la Derecha Regional Valenciana quien tuvo su protagonismo, con la presencia de su presidente, Luis Lucia, y algunos dirigentes de la CEDA: los señores Gil Robles, Salmón y Aizpún, estos dos últimos ministros del Gobierno. Acto público también con repercusión nacional, que tuvo su mayor eco al efectuarse al alimón en la plaza de toros, con una participación ciudadana de unas ciento cuarenta mil personas sumando ambos lugares.

La foto corresponde a la concentración política de los seguidores del partido regionalista valenciano y de la CEDA, de alcance nacional, que cerraron la jornada con una representación nocturna en el Teatro Principal de Los Intereses Creados de Jacinto Benavente.

El campo de fútbol con su acequia de Mestalla al lado, era una isla rodeada de huerta en una paraje de alquerías del que nada queda; tan solo el edificio de cuatro plantas, en la actualidad propiedad del club en la calle Micer Mascó. Y los tejados a dos aguas de la Tabacalera, hoy oficinas municipales.

Muchos vivas y aplausos, sí, pero goles ninguno: ¡Balones fuera!

domingo, 14 de junio de 2015

CRÓNICA DE UN VIAJERO

 
1836 CRONICA DEL VIAJERO

1836 – Ramón de Mesonero Romanos bajo el influjo del Trienio Liberal destacó en el terreno literario como un prolífico autor costumbrista e historiador. Colaborador de los periódicos más importantes, fundó el Semanario Pintoresco Español, que tuvo una vida superior a veinte años.

El grabado anónimo publicado en aquel año es un flas en la retina de su autor que en su crónica viajera,  tras adentrarse por la ciudad, dice de ella que es una de las urbes españolas que por sus calles angostas, tortuosas y sin empedrar, mejor testimonian las costumbres musulmanas. La blancura de sus casas -insiste el viajero- los terrados con flores, las rejas y celosías de sus ventanas, las puertas en arco, los caprichosos dibujos de sus cerámicas, sus torres, murallas y torreones, y los propios nombres tan peculiares como Ruzafa, Zaydia, Almoina, Alcudia, todo en su conjunto, nos traslada a la ciudad que fue morisca.

La visión aumenta en credibilidad al contemplar la indumentaria de los huertanos con la manta de vivos colores colgada al hombro, propia de la Berbería.  

Y de la impronta cristiana no sólo viene indicada por sus numerosos templos, sino también por la cantidad existente en sus calles de altares y retablos que representan los milagros de San Vicente Ferrer. Al igual que sus amplias casonas con escudos en sus dinteles, indicativos de la existencia de una nobleza que se mezcla con la gran cantidad de tiendas y talleres propios de una importante actividad gremial, donde la presencia de hombres y mujeres en sus labores diarias dan vida a sus calles.

Y así transcurren los días en tan laboriosa ciudad, tanto en cuanto la bondad de su clima y  mientras brilla la luz, facilita observar su belleza…

Y en ello abundan muchos de los viajeros qué acudieron a la búsqueda del hechizo del "cap i casal" del viejo Reino.

sábado, 13 de junio de 2015

CLASE DE COSTURA

1915 - Clase de costura. Foto Solana. Valencia ca. 1915
Archivo Rafael Solaz

1915 – Atrás había quedado el tratamiento de “modistillas” a aquellas mujeres que con escasos recursos recurrían a la aguja para contribuir con unas pocas pesetas al sustento familiar, con la única acreditación de una ligera maña en el uso del dedal.

La aparición de la máquina Singer en el XIX y su éxito, contribuyó en gran medida a dignificar una profesión que con la creación de numerosos talleres de costura darían lugar a que la mujer tuviera la opción de una profesión digna, en una época, que salvo la de cigarrera, la incorporación de la mujer al mundo del trabajo estaba muy limitada.

La foto de la segunda década del pasado siglo nos muestra un taller en el que se imparten clases de costura mediante hilos de seda enhebrados con agujas de orgullo.

viernes, 12 de junio de 2015

JORNADA DE HUELGA


1914 jornada de huelga en la calle san vicente

1914 – Había comenzado el año con la constitución del nuevo grupo municipal de tendencia monárquica, como consecuencia de las elecciones que se habían celebrado en el pasado mes de Noviembre; mientras tanto, próximas las elecciones a Cortes que iban a celebrarse en el mes de marzo, lo que se debatía en la ciudad era el interés por el inicio de las obras para lograr la conexión directa por ferrocarril entre Valencia y Madrid, proyecto abandonado en el cajón de los despachos.

Pero lo que mayor preocupación producía en la sociedad valenciana y en todos los estamentos sociales, era el elevado importe de los impuestos municipales establecidos por el Ayuntamiento, aún pendientes de su aprobación por el Gobierno Civil. Una vez dado el visto bueno a los mismos, la Unión Gremial, el Ateneo Mercantil y la Cámara de la Propiedad decidieron su oposición, sin lograr su objetivo. 

Lo que motivó una gran descontento popular que se vio expresado por varias jornadas de huelga durante el mes de febrero. En la imagen publicada en el Mundo Gráfico, vemos el aspecto que ofrecía la calle de San Vicente repleta de gente, acorralando al tranvía y con los comercios cerrados.

Capas, gorras y sombreros inundaron la calle en los inicios de un año, que una vez iniciada la I Guerra Mundial, iba a a frenar la exportación naranjera con gran perjuicio para la agricultura valenciana.

Fuente – Almanaque Las Provincias

jueves, 11 de junio de 2015

LOS TINGLADOS DEL PUERTO

  tinglados DEL PUERTO

Ya entrados en el siglo XX, la dársena del puerto de Valencia iba convirtiéndose en una realidad. Atrás quedaban las dificultades que durante siglos habían impedido el fácil atraque de los barcos. Para la Valencia exportadora del dorado fruto de sus campos, entre otros productos agrícolas, su nueva dársena y muelles eran una garantía para su exitosa actividad comercial.

El puerto necesitaba de un lugar como deposito de mercancías,  y si la construcción de la dársena fue lenta, no sucedió lo mismo en este caso, pues en un par de años los conocidos como “Tinglados del Puerto” iban a estar dispuestos para cumplir la misión propuesta.

Su fábrica se inició en 1911 y  fue al siguiente año, cuando con  su terminación, ofrecían el aspecto que muestra la postal, según diseño del ingeniero Federico G. de  Membrillera. Y fiel a la época, el estilo modernista imperó en su conjunto, que habiendo sido más pretencioso en su diseño, las dificultades económicas simplificaron su ejecución. No obstante, la representación de los productos del campo estuvieron presentes y los naranjos, otros frutales y junto a la cerámica iba a formar parte de su ornato en un bello y artístico acabado.

En la actualidad y con la vieja dársena, están dispuestos para los usos lúdicos con los que se quiere potenciar el punto de encuentro de Valencia con su mar.

miércoles, 10 de junio de 2015

EL MATALAFER

matalafer

Años 50 - “Fer y desfer”. La imagen nos traslada a unos años de trabajos al aire libre, como otros muchos a voz en grito pregonados por las calles: la figura del “matalafer” que aireaba nuestras vidas.

“Cuando tocaba”, se presentaba en mi domicilio familiar y en la  amplia terraza del Balkis que nada tiene que ver con la presente que muestra la foto -pero útil para el efecto- extendía el acartonado colchón que una vez "descarnado", esparcía sobre una manta la lana apelmazada por los sueños. 

Fijo sobre el suelo, "el matalafer", con su inseparable vara curvada, iniciaba su trabajo con el zumba que te zumba. En su tarea, esponjaba aquellas entrañas para ubicarlas de nuevo al abrigo del grueso paño con sus habituales franjas blancas y rojas que robustecían su urdimbre.

Instante después, con la aguja de colchonero, recomponía la figura del mullido y cálido colchón que nos conduciría a las horas plácidas de la noche.

El frío látex tan anunciado actualmente en la tele, relaja nuestras espaldas, nos asegura el descanso, pero aquel grueso colchón de cantos trenzados con aroma de lana y borra, nos traslada a una época de oficios abandonados, de la que apenas nos llega el silbido del palo de fresno, cuando rompiendo el aire, sacudía la lana expulsando secretos.

¡El matalafer! Fer y desfer !!! 

martes, 9 de junio de 2015

INTERIOR DE LA IGLESIA DE SAN AGUSTÍN



En la Valencia en blanco y negro forman parte de su pasado las luces y sus sombras. Merecen pues tener su espacio porque por muy sombras que sean, pertenecen al tronco de su historia.

Un 11 de Mayo de 1931 templos, conventos, centros religiosos y una rica imaginaria fueron pasto de las llamas, a excepción de cuando desde algunas instituciones públicas y privadas, incluso por parte de personajes ajenos a la sin razón, pudieron poner freno a aquel momento de ceguera. Fue el caso del Rector de la Universidad Literaria en defensa del Seminario del Patriarca, o como en reacción vecinal en un singular caso sucedido en la Iglesia de Santa María del Mar, hechos que sucedieron años después, entre otras acciones similares. 

El templo había quedado exento al derribarse el convento agustino en 1902, que tras la desamortización se había utilizado como cárcel. Mientras que la Iglesia había sido objeto de importantes restauraciones a lo largo del siglo XX, antes y después la Guerra Civil.

Vemos el estado interior en que quedó la Iglesia de San Agustín tras un periodo de sombras iniciado en aquella fecha.

lunes, 8 de junio de 2015

GENTE DE LA HUERTA

años 30 gente de la huerta

Archivo de Rafael Solaz

Años 30 – Llega el calor y la huerta tiene sus posibilidades. Los cultivos necesitan el agua y las acequias reparten su alimento del que se servirá el labrador en las horas asignadas.

El huertano sabe de su esfuerzo, se protege del sol con un sombrero de esparto y la faja protege sus riñones cuando labra la tierra. El botijo sujeto al carro saciará su sed. Pero no todo es sudor en la huerta para el sufrido labrador.

La acequia cercana le dará ocasión para un instante de distracción que se refleja en la foto, tras el baño en sus aguas, entre verdes ribazos con fondo de barro.

Sonrisas de tierra húmeda que alivia por una instante la dura jornada, que día tras día, configura la vida de la gente de la huerta.

Sol y acequia; calor, sudor … y sonrisas.    

domingo, 7 de junio de 2015

EL CORPUS HACE CIEN AÑOS

Imagen del Salvador de Juan de Juanes

1915 - Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol, el del Corpus Christi, el  Jueves Santo y el día de la Ascensión.

Al menos así lo era en 1915 cuando ahora se cumplen cien años de aquel jueves que sería  radiante, iniciado, dicen las crónicas, mediante el toque del alba en el Micalet a las cuatro de la madrugada. Conocido como el “retorn”, continuó con un volteo de campanas en todas las parroquias y conventos durante el espacio de una hora. 

Desde ese mismo instante, se abrieron todas las puertas con la incesante presencia de los valencianos ante la Sagrada Mesa más cercana.

Abundan en que a las ocho se celebró la Misa de Renovación en la Catedral. Y desde la Casa de les Roques, a las nueve, comenzó el traslado de los gigantes precedidos de “les banderoles”, con la alegría del “tabalet i dolsaina” para ser colocados ante la puerta gótica.

En el interior daba comienzo la misa solemne, oficiada por el Arzobispo Menéndez Conde, auxiliado por el Arcipreste e ilustres diáconos. Misa cantada con la presencia de las autoridades, gobernador civil, alcalde y concejales en un acto que terminó a las diez y media.

Continuaron los actos con un concierto musical en la plaza de la Virgen, con un extenso repertorio ante el público que se aglomeraba desde al Palau a su Basílica. A las doce comenzó el disparo de una “traca” que se había situado en todo el trayecto de la procesión, mientras se repetía el volteo de campanas.

Terminada la “traca” llegaba la hora de la cabalgata desde la Casa de les Roques. A la cabeza, la Senyera tras la que desfilaba el Capellá de les Roques, seguido por una banda de música a cargo de los bomberos. Se continuaba con la Moma,les dansetes”, diferentes grupos bíblicos, maestros panaderos y carpinteros más los diferentes gremios con sus históricas banderas. Continuaba con niños asilados de los distintos centros benefactores.

Finalizaba mediante una representación municipal con los maceros, la banda municipal y la tradicional “degolla”.

Por la tarde, a las cuatro y cuarto iniciaron la salida las numerosas y clásicas “Roques” desde su lugar de albergue, en un trayecto que terminaba con la subida lenta del Palau, a fuerza de arrancadas, entre los aplausos del público allí congregado.

A las cinco partieron de la plaza de la Virgen dos grandes carros cargados de olorosas hierbas, con las que los jardineros municipales alfombraron el trayecto de la procesión, que de inmediato inició su salida de la Catedral a las 17,10 horas, abriendo la marcha la sección montada de la Guardia Municipal con uniforme de gran gala. Participaron representaciones de toda la vida social valenciana: civil, política, asociativa, mercantil, militar, en un acto procesional que culminó con la aparición de la Sagrada Eucaristía en la Puerta de los Apóstoles a las 18,25, desde donde inició su trayecto a paso triunfal, mezclando el incienso con una espesísima lluvia de flores, mientras el público, fervoroso, hincaba sus rodillas al paso del Jesús Sacramentado que retornaría a la Catedral a las 20,10.

Fiesta y fervor valenciano que venían celebrándose desde 1355. 

Y hasta nuestros días.

sábado, 6 de junio de 2015

TEATRO ESLAVA, CURSO DE COCINA

1936 Teatro Eslava. Curso de cocina,rafael solaz

Archivo de Rafael Solaz

Valencia fue ciudad musulmana y en el Teatro Eslava del Paseo de Ruzafa se escenificó el arte mudéjar en toda su plenitud. Durante sus más de cincuenta años de vida, el público  valenciano presenció numerosas representaciones teatrales en una sala, obra del arquitecto José Manuel Cortina, en la que destacaban sus palcos con arcos en herradura, embellecidos con la fantasía de la escayola entre otros recursos ornamentales en todas sus dependencias.

Y entre aquella reminiscencia arábiga, el Teatro Eslava ofreció diversos géneros, desde el vodevil, al dramático, sin desdeñar la proyección cinematográfica.

Y por su situación privilegiada en el centro de la ciudad, en su escenario se ofreció un curso de cocina para las amas de casa en un singular ejercicio comercial en 1936 que nos informa la foto.

Desde 1908 fue una de las salas favoritas del público hasta que en 1962 el “Cid llegó  otra vez a Valencia” de la mano de Charlton Heston y Sopfia Loren, mutando la fascinación del estilo arábigo por el  diseño de la modernidad y de nueva planta. 

La película de Cesáreo González fue todo un hito en el Broadway valenciano de aquellos años.

viernes, 5 de junio de 2015

LA CASA DE LA ALMOINA

plaza de la almoina

1870 - Plaza de la Almoina, el sol en lo alto.  Carros a la espera de su servicio. La foto con las arrugas de los años y el desconchado en las paredes con su puerta de trazado gótico, nos sugiere una actividad insospechada pero con seguridad tranquila y apacible.

La casa de la Almoina (significado de limosna en Lengua Valenciana) tiene su antecedente en el siglo XIII cuando se daba manutención a los pobres. Dio su nombre a la plaza, mientras guardaba bajo sus cimientos la riqueza fundacional de la ciudad.

Un muchacho descansa sentado en el carro y observa al fotógrafo de J. Laurent quien  recorriendo la geografía española había captado plazas y costumbres, monumentos e indumentarias, cual rico legado profesional.

Es en 1303 cuando el Obispo de Valencia Ramón Despont le otorga su nuevo cometido de procurar limosna a los necesitados, con la entrega de “cinch diners” a las personas que allí acudían. Pocos años después fijó su sede en la casa de Bernat Desclapers, junto a la Catedral, siendo conocida como la Almoina de la Seu.

El edificio alternó sus funciones con otros cometidos, como el docente para los eclesiásticos, así como lugar de cárcel a partir del siglo XVII y hasta el XVIII para quienes gozaban de inmunidad por parte del Cabildo, siendo derribado en el XIX para la construcción de nuevos edificios con muy poca vida, toda vez que ya en el siglo XX y en lento proceso, se optó por los derribos para proceder al estudio del subsuelo por su lugar primigenio. 

Tras muchos años de excavaciones y su estudio, se convirtió la zona en el Museo Arqueológico de la Almoina.

jueves, 4 de junio de 2015

UN PASO AL FRENTE

Palacio

1909 – El actual Palacio Municipal, construido en tiempo record para la Exposición Regional, supuso un paso al frente. Si no a velocidad de crucero, sí a la del automóvil que en aquellos años hacia su acto de presencia en las calles de la ciudad, algunas aún polvorientas.

Su autor, Francisco Mora y desde su valencianía, llevó a su mesa de trabajo la Lonja de Seda y el Micalet y valiéndose de reglas, escuadras y cartabones, encajó en su proyecto tan emblemáticos alardes arquitectónicos dejando en su nueva obra tan inconfundible sello.

Llamado a perpetuarse como enseña de la Exposición, el evento marcó un hito de aquel paso al frente de la ciudad, significando un antes y un después de aquel rumbo a un nuevo sino. Pasado un siglo, se mantiene como Palacio Municipal para las grandes recepciones, lugar de eventos de gran relieve y como ejemplo del buen hacer en beneficio de la ciudad.

Valencia tiene su palacio: el Municipal, con la torre del Micalet y el torreón de la Lonja vestidos de gala en vistosa tracería gótica. Un vehículo, también en sus inicios, espera el arranque de la puesta en marcha ante la historia.

miércoles, 3 de junio de 2015

EL MERCADO NUEVO

1890 plaza del mercado

Archivo de Rafael Solaz

1890 Ca. – En el lienzo de casas tras el mercado, abre la calle Juan de Villarrasa como indicativo de la cúpula escolapia del siglo XVIII, centro andresiano construido bajo el impulso del Arzobispo Mayoral. La Iglesia de los Santos Juanes mezcla tañidos de campanas con aromas de huertas, traqueteos de carros y murmullos de vecindad.

El Mercado Nuevo de 1839 centra al mercado con su balaustrada de piedra, y el edificio de la Guardia del Principal surge ostentoso.

La alta farola eléctrica ya ha sustituido a las de gas y el mercado hierve de vidas que buscan verduras y carnes para el puchero valenciano, el de los domingos.

Sobre el mercadillo a dos aguas, el de las flores, unos operarios cuidan su mantenimiento y el “pardal de Sant Joan” desde lo alto de su torre pasa lista,  vigila para que todo esté en orden y concierto.

El mercado que da nombre a una plaza desde tiempo inmemorial cumple con su misión, y lonas y toldos contribuyen a la diaria y grata visita.

Los Santos Juanes, la “parroquia de los pillos”, donde los avispados pícaros del mercado estaban atentos al abundante cesto de viandas, dando su nombre al templo aledaño.

martes, 2 de junio de 2015

UN ANECDÓTICO TALLER FALLERO

original taller fallero

Durante unos pocos años y ya fuera de uso, el viejo Hospital General cumplió con su antigua costumbre de procurar el “mejor estado de forma” para quienes acudían al interior de sus instalaciones. El hecho anecdótico se produjo toda vez que el crucero central del viejo hospital fue utilizado como improvisado taller fallero desde el año  1964, en cuyo interior el artista Juan Barea construiría en 1966 su torre Eiffel, a exhibirse en la entonces plaza del Caudillo. 

Tras dar cobijo el hospital a los últimos enfermos en 1962, y optar la Diputación por su total derribo, se acordó en 1963 mantener únicamente el Capitulet y la puerta gótica de la calle del Hospital, así como la Ermita de Santa Lucia y San Carlos de Borromeo, aunque estos últimos templos no pertenecieran al conjunto hospitalario. Fue cuando se produjo una fuerte respuesta social en defensa, especialmente, del crucero central. Presión de numerosas asociaciones ante la Diputación, propietaria del solar, que tuvo el fruto, a principio de 1964, de que fuese declarado por el Ministerio de Educación, Conjunto Histórico Artístico, sumándose a su permanencia el crucero central, como elemento sustancial y representativo del antiguo centro hospitalario.

La viejas columnas y sus bóvedas que durante tantos años habían sanado a la población valenciana, sirvieron como taller fallero durante unos pocos años, para convertirse, finalmente, en Biblioteca Municipal y como centro de cultura.

Fuente: Mercedes Gómez Ferrer

lunes, 1 de junio de 2015

LA NUEVA VALENCIA, LA AVENTURA AMERICANA DE VICENTE BLASCO IBÁÑEZ – LA VALENCIA LITERARIA

 Blasco Ibañez7
Archivo Mauro Guillen


En 1909 el escritor valenciano, que ya había alcanzado reconocimiento internacional, realizó su primer viaje a Argentina, quedando prendado de las maravillas del país. Además de escribir allí su obra Argentina y sus grandezas, se propuso llevar a cabo un proyecto de colonización de tierras para favorecer a sus paisanos, los agricultores de la huerta.

En el año 1910, tras negociaciones con el Gobierno argentino y la compra de tierras, Blasco Ibáñez hizo un llamamiento a los agricultores españoles, a través de El Heraldo de Madrid y del diario El Pueblo de Valencia:

Los que quieran emigrar, vayan a la Argentina, sin pensar en intelectualismos ni hacer vida sedante de cafés y tertulias. Desde España vayan dispuestos a trabajar y a ser agricultores y volverán ricos y satisfechos".

Blasco Ibañez6
Archivo Mauro Guillén
En 1912 dos colonias comienzan a nacer: la denominada Cervantes, en el Alto Valle del Río Negro (Patagonia), ideada para el cultivo de viñedos y forraje para el ganado; y la colonia Nueva Valencia, en el municipio de Riachuelo, provincia de Corrientes, junto al río Paraná, que reunía las optimas condiciones para el cultivo del arroz.

Blasco Ibañez8
Archivo Mauro Guillen
Pero eran tiempos difíciles y una fuerte crisis económica en Argentina y la perdida de la confianza de los inversores impidieron que esta aventura, un poco quijotesca, acabase bien. Así en 1914 el mismo Blasco Ibáñez vuelve a Europa y el proyecto queda sin finalizar, con algunos valencianos perdidos en unas tierras más hostiles de lo que les habían contado.

Al llamamiento del escritor, acudieron más de 70 familias valencianas, principalmente de las zonas de la Safor, la Ribera y de la Marina. Apellidos como Bonastre, Vila, Terrae, Solanes, o Morel siguen sonando en esas tierras argentinas.

Incluso de dice que en la zona de Corrientes aún se puede degustar la autentica paella valenciana.

Texto de Mauro Guillén