martes, 19 de mayo de 2015

EL PALMERAL DE LA SEDA

 EL PALMERAL
No es un palmeral, pero en la imaginación de su creador y en marco de esplendor se vislumbraba  tan bello ensamblaje. Sus ramas mutan a nervaduras que sustentan un pétreo cielo. En él  encajan sus bóvedas, bajo las que en armónica simetría luce el gran palmario, a la sazón la muestra más exuberante y bella del gótico civil valenciano: la Lonja de la Seda.

Y ese fue el encargo que recibió Pere Compte ante la pujanza económica de la ciudad en el lejano siglo XV, no tan lejano, toda vez que seguimos disfrutando de su legado junto a los tesoros de la Seo que tanto nos enriquecen, desgraciadamente menos de lo que debieran, entre los que el Santo Cáliz representa el más importante testimonio de aquella pujanza medieval.

Un bosque pétreo de troncos de palmeras, con sus ramas envolventes, desgastadas por el clamor de los visitantes con ojos de asombro.

El palmeral de la Seda, nuestra Lonja de Mercaderes, con su Consulat del Mar y un alto torreón.

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