viernes, 20 de marzo de 2015

LA NIT DE LA CREMÁ


Cremà d'una falla. Anys 60
Archivo de Rafael Solaz

Son las doce de la noche. La fiesta fallera quema su último suspiro. Las pavesas revolotean, huyen del fuego con la misión cumplida cual sainete vecinal. Llenas de orgullo levantan el vuelo tras su misión purificadora de aquello que durante todo el año ha sido noticiable. Y tanto en lo bueno como en lo malo, con sus luces y con sus sombras, loas y miserias en fin, se han mostrado desde la caricatura en aplauso al sentido del humor que el artista transmite en su obra.

Terminada la cremá, de inmediato, un nuevo ciclo comienza en la noche. Es el momento que ilumina al maestro fallero. Toma sus notas. El fuego derrite el asfalto al tiempo que le inspira. El calor de las llamas que obliga unos pasos hacia atrás, no es más que el avance a un nuevo trayecto, aceptado el reto en su afán de superación.

Arde la falla en la Avenida del Oeste en los años sesenta ante dos chaflanes a la calle Beata.

Un bajo comercial brilla, Almacenes Castaño, mientras que un nuevo edificio espera su inicio.
 
¡Adiós a las fallas! Hasta pronto.

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